El atardecer se va despidiendo vestido de color naranja y la esquina convocada es Santa Cruz y Azopardo de Olavarria. Una pequeña brisa hace bailar a los banderines violetas, verdes y blancos que cuelgan de punta a punta y flamean desde su cuerda. En un rincón de la esquina, un escenario repleto de cables, micrófonos y enormes parlantes destellan música y entonan con todo el arte que hay en el aire. Aquí hay celebración y no es para menos: en 50 años la sociedad de fomento Provincias Unidas hace su primer carnaval con el barrio y para el barrio. 

Es un sábado de Febrero, las puertas de la sociedad de fomento están abiertas de par en par, los colores que hay sobre sus paredes pueden leerse y dicen “siembra autogestión, cosecha revolución”. Son dibujos de lucha y arte. Sobre esa entrada, un gran tablón funciona como mesa. Sobre él, carteles que dictan los precios de todo lo que hay para degustar en bebidas y comidas.

El carnaval autogestivo estaba programado para las 19 hs con algunos destellos de sol que aún acompañaban, pero el calor del público faltaba. Sobre las cuatro esquinas que convoca el carnaval, van llegando familias que son recibidas por los feriantes y un puestito de espuma. El repertorio ya estaba sobre algunas hojas que pasaban por las manos del locutor. El barrio disfrutaría del Repertorio Rojo (del campamento de juventud guevarista), Sambos Caporales, Salta la Liebre, Comodines de Febrero, Laten Las Lonjas y el cierre con Queso y Dulce.

La fiesta comienza con la aparición del presentador en escena que anunciará al payaso “Jerry” que viajó desde Rosario. La energía proviene de un pequeño de 8 años que aparece debajo del escenario rodeado de una multitud de ojos y sonrisas, caras de asombro y manos que con fuerza chocan entre sí para aplaudir su participación. Sus piernas no dejan de bailar y recorrer todo el espacio que tiene para desplegarse. Su cara vibra llena de arte en blanco, rojo y azul, mientras que su cuerpo acompaña cada palabra. Después de la función comentaria que “yo hago esto pero nunca lo hice así, con un micrófono y rodeado de gente. Puse mi mente en blanco para poder actuar”.

Mientras, decenas de niños y niñas se divierten con tarros de espuma que despliegan por el aire copitos de nieve y los vecinos y vecinas exponen puestos de comida, ropa y libros. El clima de diversión comienza a reinar. Gaston Martinez, presidente de la sociedad de fomento Provincias Unidas expresa que “la expectativa sobre el carnaval autogestivo es grande”. En tanto continúa su recorrido por los puestos y controla que todo esté en condiciones, habla de lo que significa el carnaval para él y afirma que “es rebeldía, sacar afuera lo que no hacés en modo decente. Jugar, bailar, es alegría”.

Entre mates, carcajadas, aplausos y silbidos, la fiesta continúa. Ahora si se siente el calor del público en una noche de verano. Se siguen sumando vecinos del barrio y de alrededores también y sobre el aire ahonda un clima de alegría y diversión. Martín Roldán, integrante de la comisión organizadora y de la Sociedad de Fomento Provincias Unidas, asegura que “los corsos en los barrios son eventos que estamos impulsando en la Federación de Sociedades de Fomento, y la idea es seguir haciéndolo durante el año. Además manifiesta que el carnaval es “una forma popular de combatir con alegría y las ganas de no quedarte sentado esperando que te caguen todos los días”. 

El cielo estrellado cobija y guarda en sus estrellas todo lo que está sucediendo en esa esquina, donde se cruzan las calles Santa Cruz y Azopardo. La música sigue sonando, la gente hace una pasarela y por la Azopardo (como todos los artistas) ya puede verse a los Sambos Caporales desplegar su color en las vestimentas que portan. La música es un homenaje constante a sus raíces bolivianas, pero un agradecimiento genuino a la Argentina que los sostiene. Paran sobre la esquina para mantener su danza y disfrutar de los aplausos del público y algunos celulares y cámaras que retratan el momento.

Entre violetas, verdes y naranjas, más todo el brillo que deslumbra a cada vecino, sobre el escenario se encuentra la murga estilo uruguaya Salta la Liebre. Rocio, integrante de la murga, al bajar del escenario habla de los colores que llevan sobre su vestimenta y en sus maquillajes y comenta que “tienen que ver con representar las luchas de la mujeres, la campaña por un aborto legal, seguro y gratuito y la separación de la iglesia con el Estado. Son las luchas que reivindicamos, apoyamos y acompañamos”. Juan, su compañero de murga, habla del barrio y focaliza que “es el lugar donde esta buenisimo venir, sobre todo, para cantar sobre las luchas de las que hablamos. Es en los barrios donde tenemos que estar”.

Bajo las voces de los vecinos, regresó el carnaval al barrio y la alegría los inunda. El locutor hace tiempo para que la Murga Comodines de Febrero comience a desplegar su enorme bandera sobre la calle Azopardo. Detrás de ella, todos los murgueros vestidos de energía vislumbran como la noche va llegando a su fin. Los oídos de los presentes comienzan a recibir el sonido de bombos y platillos, de fondo un discurso embebido en lucha. Minutos antes, en precalentamiento, entre sus compañeros Keke López -integrante de la murga- expresó que “para nosotros el carnaval es algo que esperamos mucho durante todo el año, lo esperamos siempre con mucha alegría”. 

La murga Comodines de Febrero es una de las agrupaciones impulsoras de toda la magia que rodea la noche. Ellos se preparan para recibir el carnaval el 7 de marzo en su barrio de origen, el Fonavi. Pero sus colores, música y baile, no podían dejar de permanecer en este lugar. En la esquina, patada va patada viene, una botella de agua para retomar energía, palmas arriba, grititos de alegría, el piso tiembla y la gente festeja. Aunque sea por un rato, escapan de la rutina, se olvidan de sus obligaciones y se entregan en cuerpo y alma a la alegría que reina en la noche.

La comisión organizadora comienza a relajarse. Están bajo una nube de copos de nieve, espuma que han usado para jugar y comenzar a disfrutar de lo que queda de carnaval. Meses han trabajado para juntar dinero y poder cumplir con sus vecinos. Pasaron reuniones, mates y discusiones que permitieron que 50 años después del nacimiento de la sociedad de Fomento, sin la ayuda de ningún ejecutivo municipal, ni desde el municipio, el barrio festeje y viva el carnaval autogestivo. 

El grupo de Candombe será el encargado de cerrar la actividad en la calle. Prepararon su tambores con una amplia ronda alrededor de un fueguito, técnica necesaria para desprender buena música y disfrutar del baile. Laten Las Lonjas, que hizo bailar a los presentes a un compás de cumbia y candombe, ritmos espontáneos y ningún cuerpo escapó a esos movimientos de fiesta. Dejaron todo listo para que, pasada la medianoche, Queso y Dulce ofrezca su cierre en el carnaval autogestivo, con los primeros acordes de un reconocido tema de cumbia.

Los vecinos se acercan a la pista. Nadie se quiere quedar afuera porque el carnaval está volviendo a ser una fiesta de los barrios.

FUENTE: Camila Ale – Santiago Garralda – Luciana Pedernera 
Agencia Comunica 
Fotos: Dante Lartirigoyen