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El caso de Valentina es tapa en diarios nacionales: habló su tío abuelo
Uno de los medios nacionales en abordar el hecho es el diario Clarín, con una entrevista al tío abuelo de Valentina, el pastor Pedro Cazola. La nota completa.
“Ella decía que no le iba a pasar lo mismo que a su mamá. Y que se iba a ocupar de que a su hermanita tampoco le pasara algo así”. Pedro Cazola es el tío abuelo de Valentina Gallina, asesinada este fin de semana a golpes en una casa de Olavarría, y por cuyo crimen permanece imputado y detenido su novio en una causa judicial caratulada como femicidio. La mamá de Valentina, Valeria Cazola, había sido asesinada a puñaladas por su pareja en 2008, antes de que los crímenes mediados por la violencia de género se llamaran “femicidios”. Esa violencia atravesó a la misma familia por segunda vez este sábado.
Fuentes policiales aseguraron que Alejandro Diego Pais, de 29 años, denunció que un grupo de personas de otro barrio había entrado a su casa a atacarlos en venganza por un conflicto con su hermano. En su relato, Valentina habría recibido una herida de bala. Gallina fue trasladada de urgencia el hospital Héctor Cura, pero murió apenas llegó a esa institución. Según se constató enseguida, murió por una golpiza. Eso y algunas inconsistencias en las declaraciones de Pais hicieron la fiscalía a cargo de Christian Urlézaga estableciera como principal hipótesis -y carátula- el femicidio: se ordenó la detención del imputado, quien fue capturado hacia las 20 del sábado.
Valentina Gallina era parte de talleres de mujeres en situaciones de violencia. // Gentileza familia Cazola
Pais ya había estado involucrado en un homicidio, a fines de junio de 2016, cuando el comerciante Fernando Palahy fue asesinado de un balazo en el pecho durante un robo. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Azul lo absolvió.Newsletters Clarín Lo más leído del día
“No sé cuánto tiempo llevaba saliendo con ese chico. Vivía con sus abuelos, mi hermano y mi cuñada, y participaba activamente de la ‘Casa Popular Valeria'”. En febrero del año pasado, en la casa del barrio Sarmiento en la que habían vivido los abuelos de Valeria Cazola, su familia inauguró un espacio de contención para mujeres víctimas de violencia. “Valentina era una compañera activa: su vida estaba atravesada por esa violencia que había vivido su mamá y que era difícil de sanar, y se ocupaba de traer a la casa a amigas que estaban pasando por situaciones vulnerables para que participaran de talleres y de ferias en las que unas 50 mujeres, con algún coordinador, se ayudan entre sí”, cuenta Pedro.
La hermana a la que Valentina quería proteger tiene 14 años y se llama Juana. “También vive con mi hermano y mi cuñada. Y el otro hermano, Facundo, de 17 años, vive con su papá. A los tres los destrozó la muerte de su madre”. El asesinato de Valeria Cazola fue el 12 de junio de 2008, en la habitación de la pensión que compartía con su pareja de entonces: por el crimen, Jorge Villanueva fue condenado a 10 años de prisión. “En ese momento se hablaba mucho menos de violencia machista, decían que mi sobrina se lo había ganado por juntarse con gente peligrosa”, recuerda Pedro.
Valeria Cazola fue asesinada de cinco puñaladas en 2008: su pareja de entonces fue condenado a 10 años de cárcel. // Gentileza familia Cazola
“Somos una familia de origen humilde y la muerte violenta de Valeria nos desarticuló a todos. Su mamá sufrió un cáncer y problemas cardíacos tras el femicidio de su hija, y no sé cómo va a atravesar el asesinato de su nieta”, reflexiona Pedro. Y suma: “Se estaba tramitando la pensión que les correspondía a los tres hijos de Valeria tras la sanción de la Ley Brisa”. Esa ley prevé una reparación económica a cargo del Estado para las hijas e hijos menores de 21 años de víctimas de femicidios. El trámite de Valentina quedará sin efecto: ella misma, según la investigación judicial, resultó víctima de violencia machista.
“Los hermanos de Valentina están mal, tristes, pero totalmente concientes de que esto también fue un femicidio. Desde muy chicos estuvieron expuestos al dolor que implican estas pérdidas: la falta de su mamá los quebró, y esto otra vez”, cuenta Pedro.
Según Cazola, que hace 15 años es pastor de la comunidad anabautista menonita de Olavarría, “fallan varios resortes de la sociedad”. “En primer lugar, nos mostramos indiferentes ante hechos de esta magnitud. Esta es una ciudad muy conservadora y si no te pasa a vos, no reaccionás. A la vez, falla el Estado, que todavía no se ha ocupado de la violencia como corresponde. Y creo que hay un tema cultural dentro de los barrios más vulnerables: el patiarcado allí parece más fuerte. Por un lado, tener marido parece hacer más fuertes a las mujeres ahí, pero por otro lado, tienen que bancarse más cosas”, reflexiona.
“Valeria siempre estaba presente en los relatos de Valentina. En lo que hablaba en los talleres de la Casa Popular. Siempre repetía que no iba a repetir su historia”, cuenta Pedro. Este domingo enterraron a su sobrina nieta.
Fuente: Diario El Popular
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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur
A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.
El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad.
Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.
Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico.
En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro.
Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto.
“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario, Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio.
“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”.
El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana.
Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.
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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda
El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.
Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.
Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.
La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.
El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.
FOTO. Infoeme