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La Región

Enriquecedora experiencia de la Delegación de Pollera Pantalón en Azul

Pollera Pantalón fue fundada por Fabiana Ricagno en 2018, es la expresión del compromiso con la equidad de género, buscando lograr una mayor inclusión de las mujeres en la toma de decisiones y en puestos de liderazgo.

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Ocho mujeres líderes de los sectores privado y público llevaron a cabo una nutrida agenda de actividades durante dos días en Azul, integrando la Delegación de Pollera Pantalón.
Esta Iniciativa, fundada por Fabiana Ricagno en 2018, es la expresión de un profundo compromiso con la equidad de género, buscando lograr una mayor inclusión de las mujeres en la toma de decisiones y en puestos de liderazgo. Su trayectoria se cimienta en experiencias exitosas dirigidas a conectar y reunir a mujeres argentinas líderes, visibilizar sus esfuerzos y metas en común y realizar programas que permiten tender puentes.

Luego de realizar tres grandes Programas Internacionales, cuyos destinos fueron Londres, Israel y Armenia, decidieron iniciar sus visitas al interior del país en Azul, centro de la provincia de Buenos Aires. Agustina Catone, Martine Delogne, Teresa González Fernández, Marta Nercellas, Adela Nores, Mónica Rivera, Agustina Gutiérrez y María Inés Costilla iniciaron su visita en la Escuela Rural N°9“Cacique Cipriano Catriel” protagonizando un cálido encuentro con las mujeres rurales emprendedoras del proyecto “Hilados del Azul”que impulsa Azul Solidario, donde conocieron la historia y el proceso de los productos artesanales, sustentables y de alta calidad producidos en lana de oveja 100% natural. Allí tuvieron oportunidad de dialogar con el Intendente Hernán Bertellys, el Secretario de Jefatura de Gabinete y gobierno Alejandro Vieyra, junto a los concejales Liliana Vera y Juan Ignacio Rampoldi.

Inmediatamente después, la Delegación compartió el 12° Almuerzo“Día Internacional de la Mujer Rural” del que participaron 240 mujeres rurales, con el propósito de visibilizar y reconocer la función y contribución de las mujeres que viven en el campo, ejerciendo un rol fundamental para el arraigo y el desarrollo local. Posteriormente visitaron la estancia El Mirador, para conocer el trabajo realizado por Cabaña Las Blancas, destacada productora de Angus y luego realizaron una visita guiada para conocer características principales de la fundación e historia de Azul, recorriendo el Parque y el Balneario Municipal, el Teatro Español, la Catedral “Nuestra Señora del Rosario”, las principales obras de Salamone como la portada del Cementerio y la Plaza San Martín, el Museo Histórico Enrique Squirru y la Casa Ronco.
El día finalizó en el Hotel Elena, con otro cálido y productivo encuentro que fue moderado por la destacada periodista Encarnación Ezcurra, donde compartieron experiencias con mujeres de Azul: Verónica Torassa, de Azul Solidario; Patricia Valentín deArte de Noche; Patricia Mon de Hotel Elena; Lucrecia Comparato, Jueza de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial (Sala 1); Natalia Colomé, locutora y profesional de turismo; Florencia Lafón de Editorial Azul y Graciela Sabattini de Acofar Cooperativa Farmacéutica.

Durante la segunda jornada, recorrieron el Parque Eólico Los Teros de YPF Luz, luego visitaron el Monasterio Trapense acompañadas por Alejandra Lafontaine y almorzaron en “El Viejo Almacén” del Paraje Pablo Acosta, donde conversaron con Viviana Coluccio, a cargo de ese emprendimiento. La visita finalizó en la Estancia Los Ángeles (una de las primeras del Partido de Azul, construida en 1828) donde se instaló, hasta su muerte Pablo Acosta. Allí fueron recibidas por Damasia y Martín Llavallol, productora y propietaria del establecimiento. La Delegación de Pollera Pantalón agradeció la calidez con la que fueron recibidas, resaltó que la experiencia superó sus expectativas y destacó lo mucho que Azul tiene para ofrecer. Para ello, se desarrollarán propuestas concretas que se trabajarán en red con las emprendedoras y empresarios locales.

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La Región

Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca

Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.

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A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.

Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.

En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.

“Una descarga descomunal”

Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.

Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.

Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.

En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.

Perseguida

Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.

Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.

Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.

Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM

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La Región

Un poco más solos

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Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.

Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.

Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.

El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.

El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.

Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.

Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.

La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.

Por Elías El Hage

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho