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Las incomprensiones de siempre

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Que un individuo de 36 años, condenado por un brutal crimen, vuelva a estar hoy en el candelero policial por agredir a su ex mujer con un palo, es una demencial acción que debiera poner los pelos de punta a más de cuatro referentes. 

Las actitudes personales son materia de discusión desde tiempos inmemoriales. Lógico es también pensar que las cosas son consecuencia de originales conductas que no están bien direccionadas. Ni corregidas a tiempo. 

Nadie pretende juzgar a la dama en cuestión, a la víctima de este chacal enfurecido que, como toda lacra de tal índole, ataca a la presa débil. Pero hemos de considerar una inquietud latente: ¿Cómo cornos una mujer joven, puede acercarse y enamorarse incluso de tamaño personaje tan fuera de la ley? Porque los pergaminos de su asolador, son de terror y asustan al más despistado. 

Sin embargo, estuvo la convivencia y la relación se tiñó de golpes, amenazas e insultos, provocando que ella hiciese un sinfín de denuncias, seis al menos en los últimos meses. 

Y ahí nomás se pretende atar al becerro con una sublime ridiculez: la restricción de acercamiento. Prohibición infantil que el tipo incumplió, burlándose de la ley y pasándose por donde ustedes imaginan, los textos legales. 

La ubicó a su ex, la intimó varias veces y la reciente ocasión, hace apenas días atrás, la violentó con un palo. El colmo de la imbecilidad del sujeto. Y vociferó la frase axiomática de los idiotas cobardes y mal perdedores: “O sos mía o de nadie”. 

Ya su dolida ex mujer le había señalado con anterioridad, que no lo bancaba más, que se largue y haga su pecaminosa vida lejos de ella y los niños. Pero no, el tipejo continuó con sus ideas pérfidas de supuesto amor a ultranza. 

Una auténtica locura sin frenos. Desprotegida por todos los ángulos, la mujer tiembla de miedo. Y no es para menos. ¿O acaso no nos damos cuenta todavía de que ella vive de milagro? El tema es qué hacer ahora, entre todos, para prolongar ese efecto. 

El hombre está preso. Mas, ¿hasta cuándo? Y al salir, seguro en breve, volverá a sus andadas. Las alarmas, las protecciones, tendrán que verse. Si no es así, cualquier cosa puede ocurrir. Y Olavarría conoce de sobra ejemplos de relaciones que culminaron mal. De fallas en la cadena de cuidados y de la pena que luego emerge. 

Todos entendemos que los arrepentimientos sólo poseen valor teórico. A los rasgos prácticos, nada ayudan. Generalmente surgen cuando ya es tarde. 

Por tal motivo, se necesita mover las piezas con rapidez. Actuar y protegerla hoy a esta mujer y darle los elementos para la sobrevivencia, habida cuenta de su contexto tan penoso. 

El masculino acosador es otra punta del ovillo. ¿Qué hacer con él? Internarlo quizá en un psiquiátrico si amerita o guardarlo a la sombra sin atenuantes. La basura es basura y habrá que tomar las cartas con premura. 

Por Mario Delgado.- 

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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur

A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.

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El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad. 

Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.

Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico. 

En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro. 

Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto. 

“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario,  Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio. 

“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”. 

El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana. 

Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.

 

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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda

El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.

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Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.

Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.

La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.

El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.

El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.

FOTO. Infoeme

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho