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A treinta años del copamiento del Regimiento de La Tablada

Este portal conversó con el entonces policía provincial Raúl Naviliat que estuvo cumpliendo funciones en las adyacencias del cuartel citado.

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Se cumplen estos días 23 y 24 de enero, exactos treinta años del acto subversivo del “Movimiento Todos por la Patria” (MTP) que intentó copar el Regimiento de Infantería Mecanizada 3 “General Belgrano”, en la localidad de La Tablada.

¿Qué recuerdos más salientes tenés vos de tu participación, de alguna manera, en estos hechos? “Yo estaba designado en la Comisaría Segunda de Esteban Echeverría, perteneciente a Ezeiza, de la antigua Unidad Regional de Almirante Brown. A las nueve de la mañana del lunes 23, designaron desde la Unidad Regional, que vaya un par de móviles con dotación completa hacia el Regimiento. Ya para esa hora se sabía que aquello era un movimiento terrorista que había entrado al Regimiento. Así que fuimos para cubrir todo alrededor del cuartel”. 

“Salieron entonces los dos móviles. En uno iba yo con otros dos efectivos. Cuando llegamos a destino, a la entrada del Regimiento, sobre la calle Crovara, nos apostamos ahí. Lo que se pretendía era que los insurrectos no pudiesen salir. O al menos, intentar que no salgan”. 

“Lo primero que me causó una horrible sensación que, hasta hoy, me pone la piel de gallina, es que mataron a dos soldados conscriptos que estaban de guardia en el “Puesto 1”. Tenían todavía terciado su fusil FAL sin cargadores, porque existía la orden de hacer las guardias sin colocar los cargadores en el arma. Mataron dos chicos soldados a sangre fría. Se recuerda mucho a los muertos de la izquierda, y no a los pibes inocentes que estaban cumpliendo con la patria”. 

Se especuló que asaltaron un camión que iba a ingresar al cuartel con provisiones. ¿Esto fue así? “Sí, entraron en un camión rojo que lo vimos chocado dentro del Regimiento. Se ve que se le cortó la dirección o hubo un enfrentamiento porque estaba chocado contra un árbol. Lo que se comentaba era que habían herido al chofer y luego este hombre falleció. Y después entraron tres autos, entre ellos un Renault 12 blanco”. 

¿Qué otra imagen te ha quedado? “En varias oportunidades dos mujeres, en la plaza de armas, caminaban mostrando un grupo de soldados en calzoncillos y camiseta. Eran soldados que han estado durmiendo al momento del copamiento. Los hacían caminar alrededor de la plaza de armas. Ese primer día, por la tarde, lo vimos cuatro o cinco veces a este movimiento”. 

¿Había algún rasgo distintivo en los insurrectos? “No, no. Las mujeres tenían pantalones camuflados y borceguíes. Los hombres tenían vaqueros, pero no había una vestimenta específica”. 

¿En qué momento supieron ustedes, Raúl, que la cosa había terminado? “Bueno el segundo día, el martes 24, alrededor de las cinco horas, entraron cuatro o cinco tanquetas, con dos grupos comando, en un despliegue importante que incluía además dos camiones. Hubo detonaciones de tanques y armas de grueso calibre. Luego vino el silencio y nosotros ahí intuimos que todo había concluido”. 

¿Tuviste la oportunidad de ver la llegada del  Presidente? “Vimos el helicóptero. Fue al mediodía de ese martes. Alfonsín recorrió todo el lugar de los enfrentamientos”. 

¿Cuántos eran, más o menos, los que coparon el Regimiento? “La cantidad debe haber rondado por las cien personas. También se especulaba por dónde habían entrado, además de por el “Puesto 1”. No sé si por otra entrada ingresó alguien más. Se encontraron tres autos más abandonados en la zona, pero nunca se pudo especificar si verdaderamente eran de los alzados”.

¿Sabían cuántos soldados, suboficiales y oficiales se encontraban en el cuartel? “No contábamos con ese dato numérico; si sabíamos que eran muchos”.  

¿Crees que esta aventura tuvo en algún instante, una probabilidad de éxito, desde la óptica de los guerrilleros, o no? “Te soy sincero, Mario, analizándolo hoy, después de tantos años: si la cabeza no entró, es porque sabía que no iba a haber un final feliz. El cerebro de eso fue Enrique Gorriarán Merlo junto con fray Antonio Puigiané, que era un cura villero. Ellos dos no entraron. Como todo cobarde, no ingresaron. Se quedaron afuera y mandaron a matar un montón de chicos. Les metieron cosas en la cabeza y así terminaron. Fue una injusticia de los dos lados porque los pibes que entraron, no sabían lo que estaban haciendo tampoco”. 

La última pregunta. Tomando en cuenta la distancia, ¿qué enseñanza te dejó esta traumática experiencia? “Yo creo que el mensaje que puedo dar hoy es que LA REVOLUCIÓN NO EXISTE. ES UNA MENTIRA. Los que están arriba, los jefes, se llevan los billetes y los otros son los que dejan la vida. Se pierden vidas de los dos lados y los de arriba nunca van a caer en eso”. 

Entrevista: Mario Delgado.-    

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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur

A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.

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El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad. 

Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.

Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico. 

En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro. 

Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto. 

“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario,  Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio. 

“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”. 

El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana. 

Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.

 

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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda

El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.

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Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.

Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.

La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.

El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.

El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.

FOTO. Infoeme

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho