Connect with us

Opinión

Direccionar la campaña

Published

on


Por más que mastiquemos y mastiquemos, llegando incluso a rumiar como los vacunos, no se aparta de la población de nuestro vasto territorio nacional, de sur a norte y de este a oeste, la problemática insistente de la pésima situación económica de millones de compatriotas.

En un mundo capitalista, no contar con suficiente dinero en mano para resolver diferentes instancias, es horrible. Y encima los aumentos y la temible inflación que no cesa.

El Gobierno Central, atento a tales circunstancias, ideó un plan estratégico si se quiere, mis amigos, para direccionar la campaña política hacia otro tópico también sustancial: la inseguridad.

Consciente pues de los pesares de la gente, Casa Rosada busca que el electorado mire hacia otro lado: hacia los esfuerzos permanentes del oficialismo por combatir el crimen organizado, el desorganizado y el narcotráfico.

Por eso mismo, no bien poner la primera este nuevo año, ya salieron a comunicar nóveles acciones para imponer insisto, el asunto en la opinión pública. Sería reemplazar una delicada cuestión por otra, pero en ésta segunda cosa, el macrismo cree tener más hándicap.

Las materias dispuestas se muestran por doquier. Por tal motivo, ya ha solicitado el Ejecutivo al Legislativo que en febrero abran las puertas del Parlamento con extraordinarias para estudiar (y aprobar) el Proyecto de bajar la imputabilidad hasta los 15 años de edad. (El programa original de la ministro de Seguridad Patricia Bullrich, contemplaba hasta los 14 años de edad).

Otra apuesta pasaría por deportar 1000 extranjeros vinculados a hechos delictivos. Un siguiente paso lo pondría de relieve la dotación de 300 pistolas Taser al personal de seguridad capitalino. Y, a su vez, se cita la proposición de Balcarce 50 de crear una reserva especial con 10 mil civiles, asignados al Ejército para intervenir sólo ante eventualidades bélicas.

Todas estas visiones, colocadas aquí no necesariamente en sentido cronológico, han despertado polémicas y rechazos. Aunque hemos de ser criteriosos: también arrastran adhesiones.

Ya ha logrado algo el Gobierno: que la gente hable de tan crucial tema, sobre todo luego de irse conociendo día a día sobre diferentes casos policiales muy tétricos.

Sin embargo la conquista del espacio no es tan fácil. Los lectores memoriosos recordarán épocas transcurridas, algunas lejanas y otras no tanto, donde se propagó, como hoy quiere este oficialismo, la inminente batalla contra el infernal flagelo de la inseguridad.

La balanza oscila y el péndulo orienta. Y los numeritos son contundentes, señores: 8 de cada 10 argentino medio, insiste (¿tercamente o con razón?) en subrayar ante los encuestadores, que les ocupa y preocupa en PRIMER TÉRMINO la agenda ECONÓMICA.

Por tal direccionamiento oficial, empero, ya se advierten grietas intestinas en las filas del ingeniero boquense que nos gobierna. Porque no pocos integrantes de “Cambiemos”, aguardaban casi con desesperación, un paquete de medidas de tinte económico del Jefe de Estado y su equipo, para confrontar la crisis de hoy.

Fíjense ustedes entonces, que mientras en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cierra en la actualidad, un calamitoso 57 % del total de comercios establecidos, los personeros del líder del PRO, ostentan otra visión.

Sin pausa, invierten tiempo y espacio para marcar la cancha con el ítem de la inseguridad, y de pasada agregarle el plus de la corrupción registrada en el proceso anterior.

Por Mario Delgado.-

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho