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“El Estado debe garantizar el derecho a ser donante”
Un médico especializado en donación de órganos y un paciente trasplantado analizan la importancia de contar con un Equipo de Procuración de Órganos propio en Olavarría. Cómo se busca agilizar los procesos de donación y alcanzar el objetivo de garantizar el derecho a donar y a recibir un trasplante. Una nota de la Agencia Comunica.
“No tiene sentido tener una comunidad donante si el sistema de salud no lleva adelante los procesos de procuración y donación de órganos” resalta el Dr. Diego Bassano, coordinador de trasplante del Equipo de Procuración de Órganos del Hospital Municipal “Dr. Héctor Cura” de Olavarría.
La donación es un derecho consignado en la ley 26.066 y por lo tanto debe cumplirse. En ese sentido, el profesional plantea que el primer obstáculo que enfrenta el sistema de donación es la falta de donantes. No porque no haya donantes físicos sino porque existe una falta de oferta del modelo sanitario. “Si el Estado no provee las herramientas para que la persona que mostró su voluntad de donar lo haga, no hay posibilidad de que la donación se pueda llevar a la práctica”, detalla. También quienes esperan un trasplante tienen derecho a recibirlo. A lo largo de 2017 murieron alrededor de 800 personas esperando un trasplante en Argentina. Bassano detalla que también es necesario trabajar en cuanto a la imagen que los mismos médicos tienen acerca de la donación de órganos y tejidos. “El procurador no es una figura institucionalizada dentro del Hospital. La concientización médica no existe como debería y el trabajo de la donación es una responsabilidad de los médicos”, resalta.
En este contexto surgió un proyecto para crear un Equipo de Procuración de Órganos en Olavarría. El programa surgió hace unos años desde el Municipio por iniciativa del doctor Germán Maroni, ex secretario de Salud, que anteriormente había trabajado como coordinador del Instituto Nacional Central único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) y conocía la problemática.
“En un principio parecía utópico pero se fue acercando gente por voluntad propia y formamos un grupo multidisciplinario. Algo fundamental teniendo en cuenta que la procuración no es una tarea que pueda llevar adelante una sola persona”, expresa. Bassano remarca la importancia de la institucionalización del trabajo de procuración: “debe ser vista como un área más del sistema sanitario. Es necesario el compromiso de las instituciones, de quienes las gestionan y de los actores que trabajan dentro para que esto se logre”. Durante este año de trabajo el equipo realizó ocho procesos de procuración, los cuales generaron en total más de 20 posibilidades de trasplantes entre las que se incluyeron trasplantes cardíacos, hepáticos, renales, de páncreas y de córneas.
Proceso de procuración de órganos
El primer paso del proceso de procuración es la detección del paciente con una lesión neurológica grave y sobre esos pacientes se hace un seguimiento. De esta manera, si se produce el fallecimiento, los médicos deben plantear a la familia la posibilidad de donación. “Si los médicos trabajan sólo hasta que no puedan hacer perdurar la vida, nunca va a haber donantes”, enfatiza Bassano.
Cuando se establece el diagnóstico de fallecimiento, el médico la certifica a través de un diagnóstico neurológico. Aquí se produce un segundo obstáculo para el proceso de procuración: la muerte se determina clínicamente con el cese de la actividad del cerebro pero la visión cultural de la muerte no coincide con el conocimiento científico. “Si una persona recibe la noticia de que su familiar falleció pero nota que el corazón sigue latiendo, cree que no es así”, detalla Bassano.
Ese es un punto de quiebre fundamental en los procesos de donación. Es necesario el trabajo de los psicólogos del equipo, que abordan la muerte y posteriormente la posibilidad del proceso de donación. “El equipo tiene cinco psicólogas. Si ese proceso se realiza mal, provoca no sólo el rechazo de la donación sino también el enojo de la familia”, explica. Diego Bassano también hace hincapié en la importancia de que el equipo pueda establecer una relación de ayuda con los familiares de la persona fallecida. “Es necesario establecer un vínculo y acompañarlos a sobrellevar ese momento de crisis. Porque se sienten contenidos y tienen otra visión de la situación, sin dejar de lado la pérdida”, asegura.
Si se confirma la voluntad de donar, comienza el proceso de sostén. Es necesario mantener los órganos funcionando para que puedan ser implantados en otra persona. Este trabajo lo realiza un terapista, quien además debe realizar estudios de laboratorio en el donante para descartar posibles enfermedades que invalidan la donación. También hay que realizar la distribución de los órganos.
En Argentina, todos los datos están volcados en un sistema digital denominado Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante (SINTRA) y se actualizan en tiempo real. Incluso los pacientes que esperan un trasplante pueden verlo. “Esa transparencia les da la seguridad de que se respeta el orden en la lista”, remarca Bassano. Luego se realiza la ablación, es decir la extracción quirúrgica de los órganos, y el traslado de los mismos al lugar donde se va a realizar el implante.
La importancia del trabajo local
En Olavarría existe un recorrido de trabajo en cuanto a la difusión de información sobre la donación de órganos. Hace 15 años surgió una agrupación creada por estudiantes de Enfermería dispuestos a trabajar en ello. El grupo “Copado” (Comisión Permanente en Apoyo a la Donación de Órganos) existía en varios lugares de la provincia de Buenos Aires y tuvo actividad en Olavarría al menos durante ocho años.
“Comenzamos a trabajar cuando yo estaba en lista de espera para ser trasplantado. Es decir que hice ese trabajo un tiempo como paciente y luego como trasplantado” explica Pablo Grunewald, integrante de la entidad. Desde ese equipo se realizaban campañas en distintos espacios de la ciudad para acercar información a la comunidad. “En todos los eventos públicos tratábamos de estar y habilitar las actas de donación. Con el tiempo se fue sumando más gente, incluso personas trasplantadas o en lista de espera que quería promocionar el tema”, recuerda Grunewald.
En cuanto al sistema de salud, antes de que existiera el Equipo de Procuración, los médicos debían llamar al Centro Único Coordinador de Ablación e Implante Provincia de Buenos Aires (CUCAIBA) cuando se encontraban con un potencial donante. Desde allí viajaban los profesionales que fueran necesarios para realizar el proceso de donación.
“Tener la posibilidad de hacer toda esa logística localmente implica una gran optimización del tiempo y del recurso” afirma Bassano. “Es la primera vez que se trabaja en forma conjunta tratando de que si hay un paciente que es potencial donador, esos órganos no se pierdan”, destaca Grunewald, quien menciona además que ha podido ver un cambio a lo largo del tiempo en relación al trabajo de concientización. “Hace 15 años atrás la gente estaba muy desinformada porque no se hablaba del tema; hoy la situación es otra y el trasplante está más naturalizado” finaliza.
Fuente: Agencia Comunica. Por Lisi Batres AC-FACSO
Foto: gentileza Diego Bassano
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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur
A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.
El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad.
Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.
Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico.
En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro.
Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto.
“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario, Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio.
“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”.
El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana.
Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.
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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda
El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.
Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.
Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.
La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.
El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.
FOTO. Infoeme