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No dejes la casa sola
No es ficción, no es un invento. No es una fábula elucubrada por opositores. Es la realidad de olavarrienses del barrio CECO. Por Mario Delgado.-
Hemos indicado desde este portal en varias ocasiones, que la auténtica tragedia de la inseguridad ciudadana, no posee un horario determinado; por el contrario, mis amigos, el soplo diabólico fatal se manifiesta en cualquier instante del día o de la noche. Y el barrio CECO es un lamentable espejo por estas “mundialísticas” instancias, donde mirar esta cruenta vicisitud urbana.
Es que mientras rueda la pelota por los pagos de la ex Unión Soviética, por aquí nomás, en el complejo habitacional expresado, se suceden sin pausa, hechos delictivos que ponen los pelos de punta a la vecindad tranquila de esa zona muy poblada.
“Yo salí de mi vivienda a las 13 horas. Regresé a eso de las cinco de la tarde y me habían entrado. Me revolvieron todo, se llevaron lo que encontraron más a mano, al parecer. Es una locura. Y, claro, nadie vio absolutamente nada”, lloriquea una señora muy impotente ante tamaña desgracia.
Otra mujer también nos refiere, muy angustiada, su experiencia con los “cacos”: “A mí me sustrajeron el celular que me había regalado mi marido para mi cumple, en la puerta misma de mi casa. Yo demoré más de la cuenta en encontrar la llave y un pibe me lo sacó de una. No lo vi venir y luego salió corriendo, perdiéndose en las calles internas”.
Los testimonios recogidos por este cronista, estimulan emociones profundas. Sin pérdida de tiempo, continúan describiendo sistemáticos los habitantes, tragedias fotocopiadas. “Anoche, 22:30 más o menos, yo estaba en casa con mi hija y nos bajaron la palanca en la caseta de gas. Ella, corajuda, salió afuera y, efectivamente, alguien había actuado así, a propósito. No sé si para pegarte un palo o para comprobar si hay alguien o no en la propiedad y entrar entonces tranquilos”.
El módulo policial opera allí. Se patrulla con móviles. Deambulan por las arterias los policías locales. ¿Cuál es la falla, pues? “No me respondieron cuando me robaron”, exclama un señor de bufanda gris, acodado en sus recuerdos. “Hice insistentes llamados y nada”. Y resalta con actitud desafiante: “Falta trabajo investigativo y decisión. No es posible que esto nos suceda tan livianamente y nadie se haga responsable”.
Por lo bajo se cita una complicación con una casa usurpada. Los papeles presentados bien podrían ser fraguados, según fuertes revelaciones de vecinos que se encuentran entre la espada y la pared. “Yo formé acá mi familia. Vivo hace treinta años y no pienso darles el gusto de irme cobardemente. No pude ganarnos el miedo a superar este escollo”, dice un señor que nos lanza un pedido a boca de jarro: “Ustedes tienen que divulgar lo que acaece por aquí. No callarse ni dejar de escribir sobre lo mal que estamos. Si nadie habla de este dilema, le cedemos lugar a los maleantes”.
“El otro día agarraron a un “chorro” y al rato lo soltaron porque ¿sabés qué?, el sujeto era menor de edad. Se te ríen en la cara, se te cagan de risa mientras vos pagás tasas e impuestos al divino botón. ¿Cómo no logran calmar las aguas de un solo barrio? ¿Qué queda entonces para el resto de la ciudad?”
Encuentros con los líderes de los uniformados existen. Intentos de reverdecer la Sociedad de Fomento también. Pero los pensamientos se posan en la precaución, en la prevención personal y grupal: “No podés dejar la casa sola. Te la vacían y después, anda a cantarle a Gardel”, es la sensación de un joven que aduce haber sido otra víctima de los fuera de la ley.
Sospechas se perciben, desde ya. Puede ser gente de allí mismo o no. Mas algo grave subyace. Y el razonamiento es qué hacer, cómo enfrentar este mal. “Mi hija se va a las 8. Viene a las 12 y a las 14 se va otra vez, hasta las 20 horas. Yo quedo sola gran parte de cada jornada. Vivo encerrada, tras las rejas cual prisionera en mi casa. Una mordaz locura que taladra el cerebro, te deprime”, sintetiza una vecina con su rostro denodado.
No es ficción, no es un invento. No es una fábula elucubrada por opositores. Es la realidad de olavarrienses del barrio CECO.
Por Mario Delgado.-
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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur
A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.
El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad.
Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.
Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico.
En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro.
Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto.
“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario, Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio.
“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”.
El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana.
Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.
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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda
El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.
Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.
Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.
La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.
El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.
FOTO. Infoeme