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Opinión

Nueva reunión de los fomentistas:

Entre pedidos de disculpas y nóveles escándalos.

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Si tuviésemos que definir en tan solo un concepto llano y directo, la reunión de la entidad madre del fomentismo, vivida en la noche de este lunes 26, diríamos sin temor a equívocos que se fue tornando lentamente en brumosa, en escandalosa e hizo retroceder cualquier intento de transitar por los carriles inherentes a la tan digna actividad en sí.

El presidente de la “Federación”, don Jorge Salías, cargó en principio sobre sus espaldas la responsabilidad de los polémicos sucesos del lunes 29 de enero, en la diatriba con la señora Laura Sequeira.

E inmediatamente, solicitó a sus pares, recomponer la relación y dar vuelta la hoja, y  barajar las cartas para reiniciar el proceso. El reconocimiento pasó por el andarivel de la “falta de experiencia” de la conducción.

Pero invisibles hilos fueron derivando la cuestión hacia otros destinos, porque a Diego Leal, de barrio El Progreso, no le satisfizo tal actitud y profundizó la tirantez. Concretamente quiso saber “si la gente que le faltó el respeto a Laura, fue sancionada” y reconoció no estar de acuerdo con dejar las aguas correr.

La nocturnidad se barnizó de comentarios y opiniones variadas. Mariano Ciancio, de Martín de Pueyrredón, ensayó una propuesta de índole superadora, tal vez conciliadora, para evitar “salir en una caza de brujas”. Aconsejó salir del “gilgal” monotemático y “ocuparnos de los auténticos temas”.

Ahí nomás, José Aranze, de Villa Aurora, proyectó “discutir el rol del Municipio en “Federación” y avanzó sobre los problemas concretos de su zona de influencia, esencialmente la carencia aún de cloacas.

César Saavedra, de Villa Mailín, expresó que fue “un error lo de Laura” y se produjo enseguida un intercambio de posiciones en cuánto a los orígenes de la disputa. Para Oscar López, de 4 de Octubre, dueño de casa en esta ocasión, las cosas no podían quedar olvidadas tan fácilmente.

Ante la ausencia de un acta, no hay una unificación de criterios escrita en tanto a la invitación o no a Sequeira aquella vez. (Cuatro dijeron que no, dos que sí en su día). Luego tomó la palabra Martín Roldán, de Provincias Unidas, quien esbozó que “tuvimos varias reuniones” y concluimos que “no era menester la presencia de la Comuna en esa primera jornada, porque trataríamos asuntos internos de nosotros, temas organizativos”. Pidió disculpas a la funcionaria “si te hice daño en lo personal”, aunque mantuvo su tesitura de no injerencia municipal en una entidad autónoma como la “Federación”.

En un raro rictus, inquirieron varios a la mujer en cuestión, a confesar: “¿Qué sentiste esa noche”. Original forma de hacer hablar a quien se supone, por distintos referentes, sufrió falta de consideración o inclusive, para otros hasta violencia de género. “Me sentí mal” susurró la Directora de Relaciones con la Comunidad.

Petty Mapis, de 12 de Octubre, exclamó “Me retiré porque no pude soportar lo que pasó. Durante dos años mandamos cartas al Municipio y no respondieron. Sin embargo, con esta Administración logramos que los funcionarios participen en las reuniones de la “Federación”.

El Delegado de 4 de Octubre preguntó a boca de jarro: “¿El presidente hizo algo con quien ofendió a Laura? Antes de que Salías respondiese, Andrea Coronel, de Sarmiento Norte, sacó a relucir una carta que en exclusiva este portal difundió en su momento, por la cual se reclama una sanción a Martín Roldán, quien pidió el retiro de Sequeira de Dámaso Arce, un mes atrás.

Sandra Gómez Menguillo, del UOCRA, leyó la misiva y estalló el caos. Que una u otra acusación. Que tal firmó, que tal no. Bullicio generalizo y fomentistas que ganan el patio. Una charla aquí y otra más allá. Hasta cosas personales obscuras salieron a la palestra, con el robo de una moto a una fomentista presente, como eje de álgidos epítetos.

En medio del disloque, Renzo Toranza, de Carlos Pellegrini, esgrimió una segunda carta que no se leyó en público por el cariz de los hechos.

Un muro de divisiones se levanta hoy en torno al sueño de unidad veraz, una pared muy dura con  partidización política expuesta. Y un mandato que deberá conquistar en breve al total de la tropa, si se ansia establecer un condimento de fomentismo puro, desprendido de intereses externos, porque en los barrios, la vida sigue su curso.

Por Mario Delgado.-

 



Notas aclaratorias de la columna “Nueva reunión de los fomentistas…

1.- Corrección: el señor Diego Leal es representante del barrio “El Pickelado” y no de “El Progreso” como yo expresé erróneamente.

2.- Yo consigno, refiriéndome a César Saavedra, que él refirió que “lo de Laura fue un error”. Para disipar cualquier tipo de dudas, señalo que tal frase debe leerse como que fue un error humano el tratamiento por ella recibido el lunes 29, “pero que la resolución del tema lo debe oficializar la propia Comisión Directiva. Y no hay que condenar a nadie”, me ha dicho apenas horas atrás Saavedra.

Mario Delgado.-

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Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

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Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

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Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

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“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho