Opinión
Esperando novedades fomenteriles
El jueves 14 se pondrá en pie una nueva Comisión Directiva de la institución cabecera del fomentismo, que será liderada por dos años por el señor Jorge Salías.
Lo extraño es la prontitud con que algunos referentes barriales, anticipan su rápido retiro efectivo de la “Federación”, aduciendo motivos de índoles varios, pero esencialmente, ligados cual hiedra a una rotunda no aceptación de la supuesta forma de llevar adelante la institución que tendrá Salías.
Es un dato interesante e intrigante, puesto que aún el hombre del “UOCRA”, no asumió formalmente su cargo, luego de ganar por 16 votos a favor, contra 12 y 7 de sus adversarios ocasionales Ciancio y Seguel respectivamente.
Sin embargo ya son difundidos por el aire los rumores de que una cantidad notable de entidades, más de diez para ser precisos, no comulgan para nada con ciertos aspectos salientes y polémicos que, ellos entienden a priori, podrían aportar la futura gestión que cuenta además, según exponen, con un aval no confeso del Palacio San Martín.
La confección de la lista fue elaborada mirando objetivos comunes, al parecer, mas con disímiles pensamientos dentro de la estructura que va a comenzar su ciclo de mando, pensamientos que se aggiornaron en aras de un proyecto común.
Las expectativas lógicas entonces que se deben entroncar, ante un hecho particular como es la renovación de autoridades, ofrecen al interesado un perfecto margen para un océano de especulaciones de todo tenor. Lamentable es reconocer que se notan razonamientos e hipótesis negativas en vastos sectores, ya planteados desde el minuto cero, como de neta oposición.
La falta de experiencia fomenteril en miembros del nuevo núcleo y la orientación izquierdista en algunas personas del tándem, son los detalles abruptos a observar por la vereda de enfrente, que insisto, amigos lectores, ya critica lo que puede suceder o no en breve. ¿O hay adivinos en tal zona o habla la voz de la experiencia?
En tal sentido pues, Salías convengamos, tendrá a su cargo una ardua tarea y cualquiera deduce medianamente, lo dificultoso que es arrimarle armonía constante a la “Federación” de estos tiempos.
En una actividad muy de vocación, muy pasional, falta el toque justo para ponerse finalmente de acuerdo acerca del rol efectivo de la política partidista dentro de las filas. Este es todo un desafío para permitir encarrilar el tren y sincerar posiciones encontradas. Una dosis adecuada de objetividad nos transmite que la actividad cuenta con una notable presencia partidista en su cotidianeidad, que en algún momento no lejano, debiera ser contada con franqueza.
O sea, para ser honestos, Jorge deberá liderar mediando entre todo tipo de alineamientos y detrás de sí, verá la premura por resolver cuestiones vitales en aquellos pares que han quedado dolidos por la contiende electoral que les acaeció adversa.
¿Acaso él mismo como un sólido pastor preocupado, saldrá a prisa a buscar a las ovejas que se aparten del redil, sea por la causa que fuese? Sería muy triste y desalentador ver sillas vacías ni bien decir: “Hola” en la conducción federativa. Pero es un hecho, replico, que abandonarán fomentistas la costumbre mensual de reunirse, para tratar los temas inherentes al sesgo del ramo.
Por otra parte, ¿cuál irá siendo la relación con el Municipio que picó en punta con una presunta independencia de criterios hacia las nóminas de candidatos pero las presunciones de varios de los actores, fueron otras?
Y en contexto para desmenuzar con cautela, también han de ponerse sobre la mesa las obras en ciertos barrios, aún no consumadas. ¿Habrá de sostenerse a capa y espada el buen diálogo, diplomático por excelencia, o derivarán las acciones en otros episodios, más ligados a la acción práctica de la protesta callejera?
No es labor sencilla conciliar. Pero habrá que hacerlo, de ello dependerá en gran manera, el éxito de la administración Salías. Cobijar a los fomentistas sin distinciones y no complicarse con “run runes” o con “quemadas de cabeza” de los más imprudentes e inexpertos, que pueden estar cerca o algo distantes.
Sin ánimo de ofender o desalentar, mis lectores, haber ganado con holgura no es todo: es recién la punta del ovillo. Ahora hay que cumplir con las promesas de la escasísima campaña. Desde la sede propia hasta la total independencia con el Ejecutivo, desde recorrer los barrios hasta cambiar el alicaído Estatuto de 1.985.
Y todo este período barnizado a su vez con la impronta sugerente de conseguir nuevos adeptos, que se sumen Juntas Vecinales y más gente del ambiente.
La risa del triunfo y los abrazos recibidos, se tendrán que corroborar en la praxis desde aquí en más. Las miradas de ciertos dirigentes son muy recelosas, de reojo se divisan. Algunas garras salen a la luz. Y la historia de Jorge Salías está por comenzar a escribirse en los anales veteranos del fomentismo nuestro de cada día…
Por Mario Delgado.-
Opinión
Lo bueno de tener prioridades
Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.
Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar.
Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego.
A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa.
Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera.
Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas.
Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido.
El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría.
Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad.
Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?
Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora.
Por Mario Delgado.-
Opinión
Te acostumbrás
Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera.
“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo.
La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos.
Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto.
Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros.
No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.
En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino.
Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes.
Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales.
Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre.
Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás.
Por Mario Delgado.-