Connect with us

Opinión

Merendero en Sierra Chica: “Por una carita feliz”

En el Club Sierra Chica funciona desde septiembre de 2.016 un merendero a cargo de un grupo de madres y colaboradores que se han puesto sobre los hombros la mochila de desarrollar tal actividad cotidianamente.

Published

on

En el Club Sierra Chica funciona desde septiembre de 2.016 un merendero a cargo de un grupo de madres y colaboradores que se han puesto sobre los hombros la mochila de desarrollar tal actividad cotidianamente.

InfoOlavarría entrevistó a María Vitulo y Laura Tolosa quienes son parte integrante de este emprendimiento. ¿Cuáles son las razones que las han llevado a ustedes a crear este espacio? “Nosotros veíamos que los chicos tenían necesidades y entonces se abrió el merendero. Son chicos de toda clase social que hay en Sierra Chica. Así que nos pusimos de acuerdo para darles la famosa “copa de leche”. Nosotros arrancamos en septiembre del año pasado y contamos ahora con entre ochenta y cien chicos de distintas edades: desde la escuelita de fútbol, que tienen cuatro años, hasta los más grandes de dieciséis o diecisiete años. Es para todos iguales. Se les da de martes a viernes, empezando a las 16 horas y, como va por categoría, sabemos terminar 20:30 horas. Se nota cada vez más la carencia alimentaria. Los pibes disfrutan su taza de leche al tomarla. También se les da pan con dulce de leche y si se consigue facturas u otra donación, se les ofrece a los chicos”.

¿Da la impresión que ustedes fueron advirtiendo una necesidad que no estaba cubierta? “Exacto. Allá funciona el Centro Complementario, pero después de la hora en que ellos salen, no tienen adonde ir. Además de darles la copa de leche, funcionamos como un modo de contención de los niños. Somos un grupo de mamás y vamos todos los días, acompañamos a los chicos a que implementen el deporte y de esa manera va funcionando el andar de los chicos. O sea, los sacamos de la calle. Se quedan un poco más en el Club y se alejan así de la tentación malsana de las drogas, que anda mucho por la localidad. Aparte han hecho un acuerdo los profes de Educación Física para incentivar a los pibes a estudiar y no faltar a clases. Si se llevan más de cuatro materias, no tienen fútbol. Es una manera atrayente de ayudarlos a que estudien”.

¿Cómo hacen para conseguir las cosas? “Al principio arrancamos buscando en Sierra. Algunos padres que están un poquito mejor económicamente, empezaron a donar. Iniciamos con un cupo de veinte litros de leche, mas hoy estamos precisando más de esa cantidad, por eso hemos venido a Olavarría para obtener una colaboración de los olavarrienses. Un día no tuvimos leche, la semana pasada, y nos vimos obligadas a cerrar y eso es justamente lo que no queremos. Los chicos esperan y miran a ver si está el merendero abierto porque el mismo se ubica en el estadio”.

¿Han pensado en transformar el merendero en comedor, para dar almuerzo o cena algún día a la semana? “Sí, lo hemos pensado. Lo que sucede es que queremos cubrir un área y no ponernos en otra y que se nos escape el propósito. Nosotros disponemos de una cocina chica con cuatro hornallas, no nos anda el horno. El gas es de garrafa. Tenemos una olla pequeña y calentamos la leche por categoría. La verdad, no imaginamos que se irían sumando tantos pibes”.

¿Cuántas son las voluntades unidas para laburar? “Somos alrededor de ocho mamás. Lo vamos manejando, turnándonos. La idea es, para el día de mañana, ampliar el lugar. Estamos ansiosas por conseguir una cocina industrial, que sería lo ideal para este caso y podríamos hacer comidas. Sería otra cosa”.

¿Si una persona o comercio desea colaborar, ¿cómo puede hacerlo? “Se acerca al predio del Club, entre las 16 y 20 horas, de martes a viernes o llaman al teléfono 22 84 15 49 64 66. En Facebook nos ubican como Merendero Una Carita Feliz”.

¿Quiénes se han solidarizado con vuestra iniciativa en todo este tiempo? “El Grupo  “Juntemos las Manos” nos ha donado leche y ropa, Panadería “La Colonial” nos ha llevado facturas y también la panadería sierrachiquense “Don Vicente” del señor Guevara y el concejal Federico Aguilera nos ha donado leche y nos prometió continuar alcanzándonos cosas, dentro de la medida de sus posibilidades porque él también atienden cinco merenderos y “Bolsas Olavarría” nos presta una mano también”.

Por: Mario Delgado.-
Foto: Amilcar Adamuchi.-




Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho