Opinión
“Kyosko” en Olavarría
El sábado 8 se presentará en nuestra ciudad la agrupación musical cristiana “Kyosco”.
El sábado 8 se presentará en nuestra ciudad la agrupación musical cristiana “Kyosco”. Dicho espectáculo contará también con una veta solidaria. Para conocer los aspectos inherentes al show, InfoOlavarría conversó en exclusiva con el productor Gustavo Ardito. También estaban en el lugar de la charla, un bar céntrico los señores Jorge Calderón y José González, éste último pastor evangélico local.
¿De qué se trata esta propuesta que vamos a vivir el fin de semana? “Nosotros por primera vez aquí estamos realizando un evento, este sábado 8 de abril, en el Club “Mariano Moreno”, España y Avenida Sarmiento. Viene el Grupo “Kyosco”, con veinte años de trayectoria a nivel cristiano. El encuentro en sí, constará de dos partes: una jornada a las 17:30 horas, donde va a presentar la banda su libro “Invisible”. Allí, en ese volumen, se desarrolla todo lo experimentado por Fabián Liendo que es el líder. Posterior a eso, a las 20:30 horas va a comenzar el recital, donde recorrerá la banda su DVD “Veinte años”.
¿Ustedes son promotores habituales de grupos cristianos? “Nosotros hacemos habitualmente eventos en la vecina Tandil. Olavarría nos ha acompañado mucho en cada cosa que hicimos. Por eso ya el año pasado, decidimos volcarnos hacia acá y mostrar nuestra propuesta de trabajo. Además, tratamos de ver necesidades sociales, donde podamos volcar nuestra ayuda de una recaudación libre de gastos. En este caso queremos invitar a la gente a que participe y colabore con una personita que, dicho sea de paso, precisa mucho de esa mano solidaria del público”.
En esta oportunidad ustedes han pensado en una niña tandilense, ¿verdad? “Exactamente. Azul Arrieta, de tres añitos. Nosotros la conocimos a los cinco meses de vida por su problema de salud. Ella concretamente tiene cáncer en las vías urinarias. Se trata actualmente en el Hospital “Garraham”, donde la acompaña su mamá, con distintas operaciones y reconstrucciones, y tratamientos con quimios. Hemos proporcionado nuestro granito de arena con diferentes cosas que realizamos. Hace unos meses ha tenido una recaída nuevamente, con lo cual necesita otra operación en breve. Existe un tratamiento ulterior a la intervención quirúrgica que posee un elevado costo. En la gran mayoría de las cosas, la familia no cuenta con una obra social que la avale; entonces nosotros, con Jorge Calderón y con José González también, anhelamos que las personas se acerquen, se involucren y participen más que nada. Cuanto más participemos y escuchemos la problemática de al lado, se podrá construir algo más sólido. Olavarría tiene un corazón participativo, como ha quedado demostrado días atrás”.
¿Las entradas ya están a la venta? “El punto de venta está ubicado en Leal 4169, o a los teléfonos 15 56 19 04, o 43 00 40. Tenemos a su vez, una promoción “4×3”, cuya idea es invitar a esa cuarta persona que, por ahí, no conoce nada de este tipo de eventos y que pueda asistir por vez primera. Durante la jornada, que arranca 17:30, como dijimos, los que deseen pueden llevar elementos que necesita Azul: pañales XXG, toallitas húmedas, algodón, en fin, todo lo que los olavarrienses quieran acercar”.
¿Hay algún tipo de asistencia, aparte de ustedes, para esta niña? “Nuestro grupo de trabajo tramitó en la Municipalidad tandilense una vivienda, cuando surgió este problema. Azul está con su abuela y su mamá. No puede estar a cargo de cualquier persona, por una cuestión sencilla: por la higiene que requiere la pequeña. La mamá no puede trabajar regularmente porque se halla con la pequeña en Buenos Aires, en el Hospital. Así que es la abuela la que lo hace. Hemos tramitado también los servicios. Con respecto al “Garraham”, el hospital vive una circunstancia que tampoco es del todo buena, está súper poblado, inclusive la casita del nosocomio para papás, está trabajando con una casa nueva, porque ya no cuenta con lugar. Entonces nos comunicamos con la Comuna local y buscamos solucionar lo que va surgiendo a diario”.
Recalemos un poco, para cerrar la nota, en lo que significa musicalmente “Kyosco”, que en el ambiente cristiano tiene un reconocimiento, pero ¿qué le podés decir al “mundo secular” sobre el grupo? “Nosotros consideramos a esta banda muy importante. Revolucionaron el rock cristiano, cuando nacieron artísticamente, dos décadas atrás. Fabián tiene las ideas muy claras. No habla de divisiones, siempre trata de hacer un acercamiento y habla de que hemos de ser invisibles y funcionales a Dios. Y descansar nuestro problemas en Él”.
Entrevista: Mario Delgado.-
Fotos: José González.-
Opinión
Lo bueno de tener prioridades
Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.
Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar.
Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego.
A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa.
Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera.
Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas.
Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido.
El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría.
Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad.
Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?
Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora.
Por Mario Delgado.-
Opinión
Te acostumbrás
Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera.
“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo.
La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos.
Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto.
Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros.
No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.
En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino.
Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes.
Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales.
Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre.
Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás.
Por Mario Delgado.-