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Opinión

De las dos cartas fomentistas

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1.- Hagamos un poquito de historia. En la reunión de “Federación de Sociedades de Fomento y Juntas Vecinales” del 22 de febrero, en Colonia Hinojo, entre otros asuntos por supuesto, se introdujo en agenda una cuestión muy particular, amigos: la de solicitarles a los señores legisladores locales, la vuelta a la palestra de un tópico siempre candente: la “Tasa por Explotación de Canteras”, más popularizada como “Impuesto a la Piedra”.

La idea que se propició era redactar una misiva y rubricarla luego entre los dirigentes adherentes al proyecto, para ser elevada al HCD oportunamente.

El tiempo cursó su grado y llegamos al 22 de marzo, fecha de la nueva reunión mensual fomenteril. Luego de los ítems desarrollados en la sede de Amparo Castro, y ya sobre el ocaso de la convocatoria, surgió otra vez y como una tromba el punto específico de la carta.

Fue un revuelo de opiniones, ya que se sostenían distintas hipótesis de cómo debía conducirse tal inquietud. Posterior al debate, se comprometió la decisión de fijar un plazo de varios días para permitir la elaboración del texto, que no había sido escrito aún, y para firmarlo.

Al pasar algunas escasas horas, se difundió entre los interesados el núcleo de la misiva en cuestión, que cuenta desde luego, lectores míos, con el aval de la entidad madre.

Hete aquí que fueron dándose unas circunstancias insospechadas: hubo quienes manifestaron no estar en sintonía con el contenido redactado. Acto seguido, entonces, y entendiendo que no habría modificación alguna en el texto, surgió una nueva o segunda carta.

En esta novel escritura, se advierten también rúbricas de referentes barriales. Pero sin la representación formal de “Federación”, obviamente.

Por dos carriles alternativos marchan, pues, las cartas. El objetivo central es idéntico, aunque, como veremos enseguida, difieren las formas.

La arista de quiebre podría comprenderse por el rol de la “Federación”, la cual no podría ordenar o guiar el sendero de los concejales. En todo caso, su misión es sí acompañar y fortalecer la relación con las Juntas Vecinales y Sociedades de Fomento, y aceitar el mecanismo de nexo de las entidades aquellas con el Palacio San Martín y el Concejo Deliberativo.

Federación” anhela obras para los barrios y localidades, pero no puede imponer su voluntad”, le confió un fomentista a este portal.

2.- Frente a tal dicotomía, bien vale mostrar el cuerpo de ambas notas. La de “Federación” señala: “Tema “Impuesto a la Piedra”. Nos dirigimos a usted (se refiere al señor Eduardo Rodríguez, Presidente del HCD) y por su envestidura al HCD desde nuestra “Federación”, en virtud de fijar posición con respecto al proyecto de reforma sobre el denominado “Derecho de Explotación de Canteras” o comúnmente conocido como “Impuesto a la Piedra”.

Tal la realidad palpable desde nuestras reuniones barriales y dando escuchas a las solicitudes de algunas de proyección y otras de estricta justicia social, como agua, salud, etc., nos vemos comprometidos a pedir con buen tino se siga en el camino del tratamiento para la amplitud del Impuesto en mención con los solos efectos de seguir respondiendo a nuestra ciudad y localidades”.

El “Impuesto a la Piedra” Lara representa sólidos cimientos del excepcional desarrollo olavarriense. Por otra parte, es de destacar el hondo contenido del valor Justicia Social que se refleja en su fundamentación filosófico – política”.

Las instituciones abajo firmantes, acompañan la posibilidad de viabilizar y profundizar las distintas alternativas para dar la concreta realidad de permitir nuevos fondos en el desarrollo de nuestra comunidad”.

El otro documento, está emplazado por “Vecinos e integrantes de entidades de Fomento y Juntas Vecinales” y expresa para los ediles: “Requerirles tengan a bien y con deber de representación de todo el pueblo de Olavarría y las localidades, tratar y aprobar de manera “urgente” el incremento que grava las explotaciones mineras en nuestro partido”.

Y agregan: “Hacemos esta petición en virtud de la postergación del tratamiento de este incremento, y queremos destacar sobre las consecuencias que originó la desaprobación del proyecto que aumentaba en 1 punto el gravamen a las empresas extractoras, por la decisión de una mayoría de concejales, en sesión del período que finalizó”.

En otro párrafo más adelante, se lee: “Reivindicamos la posibilidad de asignar una parte de esos ingresos, a servicios de la salud pública y la asistencia social”. Dicho beneficio sería para gente de “menores recursos”.

Y sentencia el texto: “negarse a sancionar un incremento, nos muestra un acto meramente mezquino, especulación de daño económico a la gestión municipal de turno o favorecer a los empresarios en cuestión”.

Cierran con una valoración: “Los vecinos estamos realmente preocupados, por ser rehenes de las pujas políticas y más aún cuando éstas impactan negativamente, por desconsideración, en las urgentes necesidades del pueblo en general”.

Esta semana se estarían entregando en Alsina y San Martín, ambas notas puntuales.

Por Mario Delgado.-

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Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

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Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

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Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

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“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho