Opinión
“Animate” a más: contacto con el Fiscal General
La Asociación Civil “Animate”, que acompaña a víctimas de abusos sexuales, se reunió con el señor Fiscal General de Azul, Marcelo Sobrino.
La Asociación Civil “Animate”, que acompaña a víctimas de abusos sexuales, se reunió con el señor Fiscal General de Azul, Marcelo Sobrino. Para interiorizarnos de los temas abordados, entrevistamos a Liliana Cuenca quien nos describe los términos del diálogo.
¿Cuáles fueron los ítems conversados? “Siempre con la mejor predisposición, el doctor Marcelo Sobrino trató de explicarnos sobre todo lo que vamos a preguntarle, porque, si bien acá tenemos la Fiscalía, muy pocas veces los fiscales que tienen las causas a cargo, nos atienden. Acá la única fiscal accesible para nosotros es Susana Alonso. Ella nos atiende bien y sin problemas. Estuvimos acompañando a la familia Alves, a Hugo y su señora, por el asunto que ya todos conocemos. Hay dos hermanos involucrados en una causa por abusos a una hija de Hugo y otras chicas, y queríamos saber cuál es el estado de la misma. Acá intentamos hablar con la fiscal Beytía y no se pudo”.
¿Y qué lograron averiguar sobre el caso? “Está todo en investigación. Nos dijo que nos armemos de paciencia y que creamos que todo va a salir bien”.
¿Les comentó el Fiscal General si él ha dado instrucciones a los fiscales locales para que actúen en tal o cual asunto? “Él tenía sobre su escritorio todos los expedientes. También estaba allí la doctora Guadalupe Barraza. Él está al tanto de todo. Hugo Alves y señora pusieron un abogado particular justamente de Azul, que ha presentado todo el material acusatorio aquí en Olavarría. Ya se trabaja intensamente en pos de conseguir la pronta resolución”.
¿Vos tenés idea de cómo se ha caratulado la causa que tiene a los dos hermanos como protagonistas? “Todavía no hay carátula porque se continúa investigando”.
¿De cualquier forma, las denuncias están hechas, verdad? “Sí, están denunciados por abuso sexual”.
¿Son éstos momentos de angustia, de impotencia? “Sí, la verdad que sí. La familia Alves está destruida”.
¿Hay otros sucesos que le hayan referido al doctor Sobrino? “Expusimos también el caso de Micaela Álvarez, por el violador Jorge Álvarez. Está imputado por los abusos a la hija de Micaela. En los hechos ocasionados a Mica, existe la prescripción por los años, pero se actúa en lo referido a la menor y esperamos la fecha de elevación a juicio. En estos días él está pasando por donde trabaja Micaela y la intimida. Ella aprieta el botón anti pánico y la Policía tarda hasta media hora en llegar”.
¿Cómo sigue el tema específico de Romina Balaguer? “Tenemos datos de que el pedófilo Antonio Cisneros está acá en Olavarría. Cobra su jubilación en el Banco Columbia, y se ha cortado el pelo y sacado el bigote. Todo en investigación, por ahora. Habrá que disponer de paciencia”.
¿Cuáles serán los próximos pasos de tu entidad? “Proyectamos una visita a nuestra ciudad y una charla abierta para aquellas personas que tengan distintas inquietudes, con el doctor Sobrino para dentro de diez días.
Por último, recalquemos las vías de comunicación de “Animate”. “Contamos con la página de Facebook, allí nos pueden dejar mensajes o también nos encuentran en la Dirección de Políticas de Género, San Martín y Pourtalé”
Por Mario Delgado.-
Opinión
Lo bueno de tener prioridades
Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.
Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar.
Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego.
A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa.
Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera.
Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas.
Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido.
El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría.
Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad.
Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?
Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora.
Por Mario Delgado.-
Opinión
Te acostumbrás
Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera.
“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo.
La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos.
Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto.
Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros.
No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.
En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino.
Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes.
Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales.
Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre.
Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás.
Por Mario Delgado.-