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Opinión

¿Por cuál camino?

Los criterios actuales del fomentismo local, parecen determinar varias opciones alternativas, varios caminos a transitar. El punto de confluencia, empero, bien podría ser el de inicio de la carrera. En ese momento único y determinante dónde surge la consulta altisonante: ¿Por cuál camino andaremos?
Y, hete aquí, querido lector, que la cena en la sede del Sindicato de Trabajadores Municipales del viernes 16, es un eslabón que habrá que considerar de ahora en más, dentro de la cadena amplia de la vida fomenteril olavarriense.
La tarjeta de invitación era directa: “Primer Cena de Sociedades de Fomento y Juntas Vecinales”, rezaba y con el logo de Olavarría impreso, comenzaba sin dudas a abrir un canal de conjeturas y polémicas harto atrayentes.
Dicen los que saben del tema que las “cabezas” convocantes fueron: el señor José “Tano” Stuppia, líder del Sindicato dueño de casa y el señor José Grandi, que interactúa con las instituciones barriales desde la órbita Comunal.
Según, insisto, el razonamiento de los “Sabios”, la idea era juntar a los hacedores de los barrios y aglutinarlos en pos de objetivos comunes. Algunos de esos preceptos, se mencionaron; otros irán llegando a medida que prospere el núcleo y se solidifique. Y otros tópicos, quedan al libre raciocinio de cada uno.
La Municipalidad hizo su aporte al coloquio con el Secretario General Jorge Larreche, con Gastón Acosta, del área de Administración y Laura Sequeira, Coordinadora de Entidades Intermedias. O sea, amigo mío, la cena venía con cierta seriedad, con cierta personalidad.
Asado, ensaladas, vino, helado y charlas con elevada postura, fue el componente, el condimento pleno de este cónclave primero.
43 entidades y algo así como 150 almas presentes. Se ufanan, pues, los que entienden del asunto por el éxito alcanzado. Pero el partido recién se está disputando.
Larreche, Stuppia y Grandi se convirtieron en los tres oradores centrales de la velada. Hablaron de unir, de no dividir, de los dramas que se pueden ir solucionando si se consigue marchar en pos de programas aunados entre los fomentistas.
Si bien no se divisaron agresiones de alto voltaje, es probable que, como al descuido, se escapasen un par de críticas hacia la “Federación de Sociedades de Fomento y Juntas Vecinales” que comanda Élida Saizar; no invitada al acto, dicho sea esto sin intencionalidad.
Bueno, en rigor de verdad, hubo entidades o dirigentes, como usted prefiera, que no fueron avisados. ¿En base a qué dogma se habrá actuado de tal singular forma? El señor Tiempo nos dará datos, seguro, con el correr de las agujas del reloj.
Pero continúo. El concepto que trasciende la comida del viernes, es ambivalente y tendrá tela para hilvanar teorías variadas. Sólo habrá que sentarse a oírlas al son de un afinado laúd.
¿Qué se percibía ahí, en el coqueto salón de los amigos municipales y qué se respira hoy, en el afuera?
Es obvio que algo se avecina y la construcción de ese edificio porvenir, requiere de un vital material: los barrios y sus referentes.
¿Qué dirá la Federación, como cuerpo? De este encuentro quedó desvinculada, al menos así se observa, aunque asistieron fomentistas que están en la Comisión Directiva del ente materno, también es válido decirlo.
Algún avieso periodista y pensador, se prepara para instancias jugosas. Un movimiento “para unir al fomentismo”, abre la tranquera. A lo lejos, pese a la niebla, se puede distinguir una banca de concejal. Al buen entendedor…
Por Mario Delgado.-

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