Opinión
De las distracciones
Por suerte o por desgracia, apareció en el horizonte “Pokemón GO” para distraer, para entretener a millones de personas de distintas edades en nuestro suelo patrio.
A sabiendas o no, mis amigos, el personal de “Nintendo”, productores del juego, le viene a traer una dosis de optimismo a la comunidad que ahora, se desplaza por las calles con un objetivo concreto.
Tal disposición ocurre encima dentro de un cono de situaciones un poco trágicas para los bolsillos argentinos. Y bien podríamos anexar otras perlitas a las cuentas pendientes del Estado.
La mirada hacia otro lugar, más virtual, más superlativo, ahorra sentimientos concatenados con la preocupación y la tristeza. Claro que no es la primera vez que un elemento externo se cuela para cancelar dolores, aunque más no sea por unos lindos momentos.
Y si no, pregúntenle al bolivarense Marcelo Tinelli, por citar un ejemplo contundente, que de estas urgencias conoce muy a la perfección. ¡Cuántas ocasiones ha divorciado a la ciudadanía de sus traumas con su envío televisivo de hermosas muñecas luciendo en traje de Eva!
Es de comprender, empero, amigos míos, que habrá quedado un remanente de sufridos que no adscribe con la aplicación, ni comparte su celular con la idea de obtener “pokemones” a diestra y siniestra.
Éstos son los clásicos pensadores, o los precavidos o los estoicos o simplemente, los pobres laburantes que luchan con una realidad un poquito más impermeable a la alegría. La cotidianeidad de los tales, va por otra vía. No cuentan con demasiados atajos estos sujetos a la hora de dimensionar su obligación con el fisco, con la familia, con la batalla por sobrevivir con entereza.
La elección está, de todos modos. Otras opciones se advierten en el mercado. Una puede resultar un camino de ruidos y caceroleos, para manifestar con exactitud la protesta enfática.
Esta visión se potencia encima con un señor Presidente que no da pie con bola en eso de hablarle con carisma al pueblo. Y en tal contexto, con pulloveres o calzoncillos largos, con bufandas y camperas por doquier, la linda población nacional y local también, se inventa su propio juego de red: movilizarse en contra de la aplanadora que representa el alud de los “tarifazos”.
“Que me vino mil pesos de luz”, dirá un vecino mientras marcha. “Exorbitante boleta recibimos en casa”, exclamará una señora de otro barrio. Y así sucesivamente. Extraordinaria manera de entretenerse, para no ser menos que los “pokemonenses” de fuste.
Por Mario Delgado.-




