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Los Payamédicos continuarán trabajando en el Hospital Municipal
Esta mañana el subsecretario de Salud Pública Germán Maroni se reunió con integrantes del equipo de Payamédicos local, para suscribir la renovación del acuerdo.
La Municipalidad del Partido de Olavarría y Payamédicos, renovaron el convenio mediante el cual se les permite a los integrantes de esta organización la realización de prácticas no rentadas, en los servicios de Clínica Médica y Pediatría del Hospital Municipal “Dr. Héctor M. Cura”.
La renovación del convenio se realizó en la sala de reuniones del nosocomio local, con la participación del subsecretario de Salud Pública, Germán Maroni; la directora asociada, Viviana Aguilar; y los payamédicos Sonia Iacomella, Leonardo Lovecchio, Estefanía Occhi y Belén Pereyra.
“Desde 2013 estamos trabajando de manera ininterrumpida en el Hospital. Somos egresados de la primera formación de payamédicos a nivel local. Nos recibimos en 2012, salvo Leo (Lovecchio) que corresponde a la segunda formación. Hasta la fecha contamos con tres formaciones de payamédicos” explicó Sonia Iacomella.
Cabe destacar que para formarse como payamédico no es necesario ser un profesional de la salud. Basta con ser mayor de 18 años, tener estudios secundarios completos y muchas ganas de ayudar al paciente durante su hospitalización, contribuyendo a la mejora en su estado de ánimo y a una estadía más confortable dentro de la situación de vulnerabilidad por la que está atravesando dicho paciente.
Pueden cursar tanto médicos, psicólogos, enfermeros, estudiantes de medicina y psicología, profesionales de la salud, artistas y otros profesionales, como así también aquellas personas interesadas con o sin experiencia en la técnica del payaso u otras artes escénicas.
La formación de payamédico incluye una instancia teórica, que incluye contenidos vinculados a la psicología y la biosegurdad; y una práctica, en la que se trabajan técnicas teatrales y de clown. “Una vez finalizado el curso, se realiza lo que nosotros denominamos ‘payantía’, con intervenciones en Hospitales” explica Estefanía Occhi.
Cada intervención está dirigida al paciente, a los familiares o acompanantes, a los profesionales de la salud y al personal del nosocomio. Los payamédicos se dirigen ya con sus vestuarios a donde está el paciente. Una vez que sale del lugar donde se coloca el vestuario, ya deja de lado el “yo” y va con su payaso que es un encuadre protector. El objetivo principal del payamédico es el paciente hospitalizado para el cual previamente elabora en forma grupal, una estrategia, no obstante las intervenciones incluyen a acompañantes, familiares, equipo de salud, administrativos y todos los existentes que se le cruzan en el camino.
El payamédico interviene dentro del campo perceptivo del paciente, allí donde este los pueda percibir. El payamédico produce teatralidad donde el paciente lo registre. Si el paciente está en condiciones de moverse o deambular, se incentiva esa posibilidad para facilitar el paso a la actividad lo cual desarma rigideces regresivas.
Justamente a todo esto se refirió Sonia Iacomella: “Cuando aparecemos, es muy lindo observar las caras: nosotros irrumpimos, rompemos el espacio, abrimos puertas y asomamos con nuestras cabezas con sombreros de colores. En ese momento uno deja de ser uno para ser payamédico. Entre nosotros nos llamamos por nuestros nombres de fantasía, y empieza un juego. No tenemos libreto, vemos qué sale, improvisamos según el paciente”.
“A veces la intervención es sólo una mirada. A veces no quiere el paciente vernos” aclara Iacomella, a lo que Estefanía Occhi agrega: “La persona que está hospitalizada, en condición de vulnerabilidad, no puede decir que no al tratamiento, no está en condiciones de negarse a estar hospitalizado, entonces es importante que respetemos su decisión de decir que no a nuestra intervención, algo que otra vez irrumpe en su intimidad. Empoderamos su decisión, la respetamos. De ninguna manera lo tomaríamos a mal, no nos daña que nos digan no”, aclara Iacomella.
“Cada intervención es diferente a la anterior, aún trabajando con los mismos pacientes. Para nosotros esta tarea es hermosa, un rato en la vida de nosotros para ayudar a los demás”, concluye Iacomella.
La misión de payamédicos es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado. Para tal fin se utilizan recursos psicológicos y artísticos relacionados con juegos, música, teatro, payaso teatral, magia y el arte humorístico en general.
Los payamédicos realizan intervenciones con un abordaje a través de la técnica de payaso adaptándola al ámbito hospitalario con una ética, estética y deontología propia.
Los payamédicos tienen como objetivos:
− Contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado.
− Desdramatizar el medio hospitalario, demostrando al paciente, familiares y equipo médico que el humor, la risa y la fantasía pueden formar parte de su vida en el interior del hospital.
− Mejorar la relación médico-paciente.
− Ofrecer momentos de distracción, recuperando los aspectos sanos de esa persona que está hospitalizada.
− Lograr mayor participación de los familiares y del equipo médico.
− Como efecto catártico que facilita el proceso de elaboración de la situación traumática de la hospitalización.
− Mantener un estado de ánimo optimista sostenido.
− Producción de subjetividad.
− Promoción de aspectos resilientes.
− Creación de territorios relacionales.
− Acompañar siempre.
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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur
A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.
El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad.
Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.
Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico.
En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro.
Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto.
“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario, Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio.
“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”.
El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana.
Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.
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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda
El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.
Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.
Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.
La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.
El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.
FOTO. Infoeme