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El canto intelectual del “Juglar”
Minutos después de las 21 horas, en la noche sabatina apacible, se iniciaron los primeros acordes musicales en la centenaria Biblioteca 1° de Mayo de nuestra ciudad, sita en Dorrego 2557. Se presentó en la ocasión el “Juglar” Juan Carlos Banegas, en guitarra y voz y su hija Carolina, cada vez más aplomada en su carrera artística, en piano.
Como quien abre un libro de cuentos o de historias bien sentidas y caras al alma, el hombre de Colonia Hinojo, fue armando un repertorio que transportó al público, hacia distintas etapas de su accionar musical, tocando temas de su hasta hoy, último disco, anticipando melodías del que vendrá en breve y también se recostó su cancionero amplio de veinte temas, en páginas de Víctor Heredia, Fito Páez y María Elena Walsh, entre otras figuras exponenciales de la canción argentina. Todas composiciones con contenido, con un mensaje detrás.
El estilo seguro y moderado de Banegas, se situó en el recinto. Su voz aguda penetró en los oídos atentos de la gente que acompañó con palmas y aplausos redoblados cada interpretación. “Estoy muy contento de estar aquí, entre tantos libros, en esta casa tan entrañable”, explicó Juan Carlos, que agregó: “Tuve la oportunidad de trabajar en una editorial, en Buenos Aires. De ahí emana mucho de lo que sé; esa época me sirvió en gran manera para leer y abrir mi mente a la emoción de la cultura intrínseca en los libros”.
La puesta en marcha de la velada contó de dos partes, con un intervalo propicio para disfrutar de unas empanadas y “regar” la garganta con un vinito tinto, acorde a las circunstancias. “Este tipo de jornadas nos sirven y queremos darle continuidad a los espectáculos aquí”, afirmó a este medio el ingeniero Marcelo Galbán, Presidente actual de la Comisión Directiva bibliotecaria.
Desde temas como “Para poder hablar”, que da título al CD en curso, hasta el clásico “La cigarra”, que fue solicitado como “bis” al final del encuentro. O el himno “Ella”, escrito por David Maisterra, que se convirtió “sin pensarlo en el corte de difusión del material”, contó el “Juglar”, compusieron la grilla aceitada de alguien que ha estado “doce veces ininterrumpidas en Cosquín, Córdoba. Allá he tocado en varios sitios y peñas y, a esta actividad, le anexo la posibilidad de entrar en contacto con productores y agentes de prensa. Es un ambiente adecuado para explicar y mostrar lo que uno hace”, sintetizó el artista.
La calidez del espacio. La hermosa conjunción del arte, compartida por la música “banegiana” y la literatura que estaba ahí nomás, al alcance de la mano, crearon un ensueño particular, único. Sin darse cuenta nadie, sin mirar al reloj, los minutos igual avanzaron y hubo que cerrar la noche. Pero ya se perfiló inmediatamente, una fecha tentativa nueva para el sexto mes de este año. Porque el talento debe seguir visitando la 1° de Mayo.
Por Mario Delgado.-

