En la noche folklórica del sábado 2, la gente acompañó con su gesto solidario y fraterno, esta nueva apuesta de la Asociación Civil “Juntemos las Manos” por la señora Eliana Arias, quien la viene peleando con tesón y garra, contra una dolorosa enfermedad.

Desde las 21 horas ya se advertía el ambiente entusiasta de un público “peñero” que fue copando las instalaciones de la Sociedad de Fomento “Coronel Olavarría”, en pleno corazón del barrio San Vicente. Además, se colaboró con el niño Santino Castro, en una Campaña que consiste en reunir tapitas de gaseosas y así paliar los gastos de su rehabilitación.

Los acordes musicales no tardaron en arribar de la mano de don Rodolfo Casartelli, oriundo de  Lamadrid, el cual desplegó una batería de temas bailables, al compás sutil de su afinada guitarra.

Acto seguido, fue el turno de “La Perlita” Marcos Pacheco, quien entregó varias canciones que componen su primer disco “Desde Chico”. Aplaudido y con el clásico pedido de “otra”, se retiró muy emocionado. Con sus jóvenes diez añitos, se va convirtiendo en una figura del acervo nativo.

En tercer término, Pablo Barceló hizo vibrar a la concurrencia y los bailarines pedían pista, sin descanso. Luego las estrellas del folklore, “Los Galzadet”, o sea don “Pepe” y Darío, hicieron de las suyas, mostrando una vez más la calidad y calidez que los caracteriza y por qué están vigentes en el ámbito artístico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y llegaron ellos después, los esperados y talentosos músicos marplatenses: “Corazón Criollo”, con la voz del “Príncipe” Néstor Sosa. Una auténtica catapulta de temas no habituales en las reuniones bailables locales, se escucharon y se bailaron en la ya entrada noche, rayando la madrugada dominguera.

Las solicitudes de melodías, y el acercamiento al conjunto, se visualizó durante las dos presentaciones de los hombres de la ciudad feliz. El cálido termómetro de los sinceros aplausos, coronó la puesta en escena de la agrupación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Incesante fue el movimiento en el sector de la cantina. Y las lágrimas que brotaron del rostro de Eliana en el instante de hablar ante los “peñeros”, enmarcaron con éxito un esfuerzo de muchas voluntades que se aunaron con un firme y decidido propósito: apuntalar el ánimo, la salud y el alma de una luchadora de veras, como lo es Eliana, la cual estuvo con su esposo e hija.

Texto:  Mario Delgado.
Fotografía: Miguel Ferreyra