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Karting y melodías a ultranza

Agradable, cálida, mansamente la noche estrellada de viernes fue recibiendo en la Sociedad de Fomento del Barrio AOMA, a los parroquianos que se hacían presente en apoyo, en consonancia con la segunda peña dispuesta por la familia y amigos del pequeño Facundo Navarro, el cual está comenzando a cumplir un ansiado sueño: poder correr con su karting en la Categoría Escuela en esta temporada 2015.

El domingo 22 de febrero, “Facu” tuvo su bautismo de fuego en la vecina ciudad de Laprida y, pese a inconvenientes provocados por un rezagado que lo obligó en un par de ocasiones a detenerse y tener que reiniciar la carrera, el piloto olavarriense de 10 años, logró culminar en un honroso sexto lugar, y consiguió de tal forma sumar puntos para el Campeonato.

Es entendible, mis queridos amigos, que resulta imprescindible para su “equipo”, o sea sus papás y allegados, ir reuniendo el necesario monto de dinero que insume cada presentación. “Ya hemos cubierto todo el papelerío de habilitaciones y permisos. Ahora tenemos que afrontar el alquiler del motor para que esté en cada circuito”, explica el orgulloso papá Gustavo Navarro que agrega: “Es nuestra intención llegar a tiempo cada mes en los distintos destinos, y preparar todo como corresponde, poniendo a punto cada detalle, y sabemos que nos representa una enorme dedicación, pero mientras esté al alcance, queremos que “Facu” corra”.

“En Laprida anduvo muy bien, se lo pudo ver muy seguro y tranquilo desde las pruebas libres hechas el viernes 20. Clasificó bien y desarrolló un auténtico ‘carrerón’. Lástima que un niño también debutante, quedó atrás del pelotón y por dos veces lo embistió a Facundo, sacándolo del trazado. Mientras hicimos andar nuevamente el karting, se nos fue bastante tiempo. No obstante – reconoce el progenitor del corredor – cerró con un lindo sexto lugar que lo impulsa a continuar. Lógicamente, se bajó del habitáculo nervioso y llorando de impotencia. Logramos calmarlo y la promesa, insisto es darle ‘duro y parejo’ a este anhelo”, concluyó Gustavo.

Volviendo al ambiente peñero, el aroma tentador de los “choripán” y los envolventes sonidos que se escuchaban, hicieron el resto en la velada nocturna de este 27. Con un gran bailarín como Esteban Salguero en la consola de sonido, variando de rubro esta vez, comenzó el magnífico desfile de “estrellas”, primando la esencia folklórica, aunque el puntapié lo dio el tinte melódico y cadencioso de Daniel Ottino, quien se ocupó de recrear con su sello propio a figuras como Nino Bravo o Sandro, entre otros.

Luego prosiguieron: Kevin Dascon un pibe de 15 años que “la gastó”; Rubén Velázquez, un “Huella” que entregó la sapiencia de la música instrumental; Marcos “La Perlita” Pacheco y su Conjunto que venían de empezar a grabar su primer CD; Belén Láurenz, una joven que se abrió camino aquí en este maravilloso arte de cantar ante la gente y cosechó aplausos por doquier; un solista que entonó “La Cerrillana” como los dioses: Roberto; y el laburo impecable de un valor que se planta siempre con una autoridad escénica innata: Martín Barraza y su Grupo. Claro que Osvaldo Prado y Miguel Navarro, hicieron también de las suyas, deshojando margaritas de talento, acompañando a varios de los artistas.

El tradicional baile de las zambas y las chacareras, movió el piso de AOMA. El silencio y el tintinear de oro de las palmas, aplaudiendo. La animosidad festivalera no quería bajar las persianas, pero la hora ya había avanzado y entonces se escuchó la nota final, el acorde de la despedida, pasadas las 3 de la madrugada. Eso sí, mis amigos, todos quedaron convencidos de que habrá una próxima vez…

Por Mario Delgado.-

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