Ayer el fiscal que investiga la causa por la muerte del mandadero atropellado en la avenida España y Paz de Tandil, elevó al Juzgado de Garantías el pedido de prisión preventiva para el acusado y detenido, Hugo Amores.

Como se vino detallando en ediciones pasadas, la sumatoria de testimonios varios, más el material probatorio que hacen al esclarecimiento de cómo ocurrió el choque fatal, el fiscal Marcos Egusquiza elevó la petición, quedando en manos ahora del juez Alberto Moragas resolver la suerte procesal del imputado.
Trascendió del expediente que a criterio del Ministerio Público, los testimonios que se reunieron en la pesquisa, además de las actas e informes de procedimientos realizados por el personal policial, permitieron sostener la calificación penal de “Homicidio simple con dolo eventual”.
En los informes en cuestión se alude a que la camioneta que conducía el acusado circulaba a una velocidad aproximada a los 100 kilómetros por hora, trayecto que realizó cuando corría una picada con otro auto (estaría identificado), cruzando el semáforo en rojo e impactando con el motociclista que cruzaba la avenida por la calle Paz. El informe perital también alude a que en el lugar del impacto se evidencia una frenada de unos 30 metros, lo que alimenta la hipótesis de la gran velocidad de circulación.
Acerca de informes, también se confirmó que del análisis de sangre practicado a Amores se determinó que el dosaje de alcoholemia resultó negativo, léase no superó el límite permitido, descartándose así que no estuviera en pleno conocimiento de sus actos.
Respecto a la defensa, ahora a cargo del estudio particular del doctor Jorge Dames, hasta aquí no ha oficiado mayores diligencias procesales. Sólo aportó la declaración de un testigo ofrecido y presentó un pedido de morigeración de la situación de prisión que actualmente atraviesa su pupilo. Asunto que no ha sido resuelto por el Juzgado.
Tal se informó, el automovilista identificado como Hugo Amores quedó detenido por el delito de “Homicidio simple con dolo eventual”, a partir de los testimonios que acreditaron -al entender del fiscal- su imprudencia a la hora de conducir y provocar el trágico suceso.
En efecto, ya se tomó nota en el expediente de testigos varios que confirmaron la primera versión de aquella noche trágica en la esquina de Paz y España, acerca de que Amores venía circulando a gran velocidad a la par de otro auto que, al momento de la embestida del motociclista, huyó de la escena.

El hecho

El accidente ocurrió alrededor de las 23.15 del martes 3 del corriente mes, cuando una camioneta Toyota, patente LZF 750, que circulaba por la avenida España embistió una moto, dominio KKY 238, que cruzaba la esquina por calle Paz.
La magnitud del impacto fue tal que el motociclista fue despedido por más de 40 metros, quedando tendido en la cinta asfáltica inconsciente, con gran pérdida de sangre.
Por los dichos de terceros, la camioneta habría estado corriendo picadas con un Ford Focus en dirección a la avenida Santamarina cuando embistió a la moto. A su vez, también aseguraron que la moto habría pasado con el semáforo en verde, mientras que el rodado de mayor porte circulaba a gran velocidad.
La víctima fue identificada como Emilio Herrería, de 35 años, quien trabajaba como mandadero y justamente estaba trasladando un envío de la casa de comidas Las Rosas. En tanto, guiaba el rodado mayor Hugo Amores, quien viajaba con al menos una acompañante.
Cuando arribó la ambulancia del Hospital Ramón Santamarina a la escena, el joven aún se encontraba con vida, aunque con débiles signos vitales.
La postal tras el trágico hecho era desoladora. La motocicleta destruida a un costado de la avenida, perdiendo combustible, el casco de la víctima sobre el asfalto, un charco de sangre y los paquetes con comida que trasladaba hacia un domicilio, unos metros más allá.

Fuente: Diario El Eco de Tandil