Opinión
Viajar en Jeep
Sucedió lo previsible. Lo aguardado. Lo que se palpitaba. La decimocuarta Sesión Ordinaria del HCD se cubrió en su gran parte, con el ruidoso e intenso debate por la adquisición de los 23 vehículos municipales, especialmente claro, por la Jeep Gran Cherokee Limited 3.6 V6 O km. Por Mario Delgado.
El tema no estaba sin embargo para ser conversado en los pupitres. No figuraba en la agenda. Pero, hábilmente, el oficialismo hizo que éste asunto se introdujera en el orden del día, con el aval de la oposición. Se rumoreó inclusive que si tal cosa no acaecía, los eseverristas iban a pedir un cuarto intermedio y convocarían a una urgente conferencia de prensa con los medios allí presentes.
Einar Iguerategui, presidente del Bloque del FR, fundamentó la posición oficial. Este hecho fue el inicio del revuelo. Tengamos en cuenta que antes no había existido desde el área municipal, otra información que un escueto mensaje a la prensa.
Rápido de reflejos, el joven abogado mencionó que luego de plantear la voz de Rivadavia 2801, requeriría el pase a archivo del pedido de informes de FAUNEN. Y destacó a continuación una serie concatenada de artilugios probatorios de que la visión de la Comuna, difiere ostensiblemente de la de los progresistas.
A todo esto el ambiente se iba caldeando, mostrando ya los vitales signos de la disyuntiva. Y un dato para enmarcar: a excepción de los renovadores y de los “tres mosqueteros”: Cladera, Cominotto y Araneo, el resto de los representantes del pueblo, ni abrió la boca.
Las cifras y los números danzaban en el aire de la sede legislativa. Que 900 mil pesos. Que no. Que ofertaron cuatro empresas. Que no, que fue sólo una. Y la vieja tendencia a no girar las ideas y los proyectos al HCD en tiempo y forma.
Iguerategui primero y Cominotto después, sentaron las álgidas bases de un diálogo sin espacios en común. Intransigentes visiones sostenidas hasta el último aliento. Con papeles y fotos. Para unos, amigos lectores, la cuestión era sencilla: hacían falta automóviles en distintas dependencias y se compraron. Para los otros, la sencillez del ítem no era tal.
La tranquilidad del experimentado arquitecto Cladera, colisionó en un instante crucial con la verborragia elevada de Gerardo Ripoll, quien se ocupó de criticar a los frenteamplistas y reafirmar la “comulgación” con la Jeep.
¿Por qué nuestro Municipio gastó semejante cantidad de divisas? ¿Se pudo pagar menos? Y ¿era menester tener en el parque automotor semejante “máquina”? Entre el gasto, la ostentación y la capacidad que hoy posee el Tesoro vernáculo, se fueron dando las alocuciones.
Iguerategui y Ripoll convencieron a propios, pero no a los que habían iniciado la “bola de nieve” el viernes próximo pasado. Para el sector oficialista, se hizo todo dentro de la ley y sin fisuras de ninguna índole. Inobjetable tarea.
Para la muchachada de FAUNEN, la claridad no es tan advertible, a simple vista por lo menos. Nada coincide. Los datos expuestos y la realidad, para ellos insistimos, no son idénticos. Una alteración de la sintonía política. Una revulsión de caracteres inusitados, a raíz de una innecesaria ostentación producida en la ciudad.
Cataratas que contenían insultos y acusaciones de mentiras, de falacias, de manipular la información, ejerciendo sobre ella una distorsión y tergiversación maliciosa. Algunas respuestas y más preguntas. Un ida y vuelta entre dos bancadas que se sacaron chispas. No se aflojó, no se arrepintió nadie, ni de lo hecho ni de lo dicho hasta aquí.
Una Jeep para traslado de quien comanda los destinos del partido. Largas horas con distintos rumbos. La inseguridad de las rutas, requiere un auto seguro, al parecer. Y Olavarría precisa un alcalde ocupado en llevar nuestras ofertas, hacia parajes alejados. Hay que vender la ciudad afuera y para eso nada mejor que ir en una eximia “nave”.
Viajes y más viajes, en medio de dos imágenes que pueblan la comarca: la que muestra un crecimiento envidiable por un lado, y la carencia de otros sitios, como cono de sombra. Alguien se habrá desayunado, no obstante con el pedido de FAUNEN. Porque más de cuatro olavarrienses de a pie, creían que el intendente era electo cada cuatro años para gobernar la comunidad. Se le anexa también esta función: se lo vota para que viaje cómodo y seguido.
Sin temor señalamos la implicancia política de la controversia. La superioridad electiva de José María salió a relucir anoche. Es siempre “un as en la manga” de los oficialistas que se atrincheran en el “el Jefe Comunal tiene el auténtico respaldo de la gente, de su gente”.
Argumento repetido y calcado en todos los niveles. Presunción errónea, por cierto. Porque vencer en las lides eleccionarias, no es sinónimo de llevarse luego todo por delante. O no explicar las cosas con la amplitud y paciencia que ameritan. Por si acaso, los que ganan, son administradores del pueblo, no patrones de estancia.
Pero la praxis nos mueve a ambos lados del andamio y nadie está exento de “multas por pagar”. ¿O acaso el silencio pejotista fue casual? Se mordían la lengua. Mas sellaron los labios. ¿Se imaginan ustedes la andanada de piedras, sobrevolando las cabezas de los concejales, si “metían la cuchara?
No es actitud risueña mover la catapulta. Puede invertirse la artillería y salir herido el que se manda al frente. Las chicanas son una herramienta plausible y se fabricarán por decenas el venidero año electoral. De hecho, ya se ensayó con esta problemática compra sobre ruedas. Plato servido. Caldo de cultivo a disposición. Eso sí, a no errarle o transpirás más de lo normal.
Una óptica imparcial nos apunta con el dedo índice. Usted y yo, amigo, sabemos con convicción de gente de bien que no cayó lindo el gasto vehicular en barrios que aún no tienen la bendición de la cinta asfáltica frente a sus casitas.
Intranquilos se revolvieron vecinos que chapotean barro. En la perspectiva del Palacio san Martín figuran obras. Eso es verídico e irreprochable. Pero también es un axioma que hay amigos olavarrienses con más de treinta años sin observar mejoras en su vecindad. Por tal motivo, el cosquilleo. Un cosquilleo que excede lo puramente partidario. Una comezón por fuera de FAUNEN y el FR.
Quizá era imperativa la compra. Quizá continúe el fervor y se revitalice al momento de la Rendición de Cuentas. Tal vez en cada quien, se ubique algo de razón. A lo mejor todo se aclara y santo remedio. O no, porque es un asunto de disidencia política.
Lo que sí es materia de observación es la necesidad de los que aún, andan gastando zapatos, sin poder ostentar nada. Y padecen por tanto, los baches y los charcos, mucho más que los que transitan motorizados.
Por Mario Delgado.-

