Connect with us

Opinión

La alegría de las paredes levantadas

Vuela señorial el recuerdo alado hacia aquellos primeros sueños de construcción de viviendas a través de una Asociación Civil. 

Published

on

Se remonta el ave colorida a esos días tensos, nerviosos, plenos cuando se abrían los primigenios proyectos de un barrio Bancario.

¡Cuántas noches en vela, ideando detalles, pergeñando probabilidades! ¡Decenas de puertas tocadas para abrir el candado de la iniciativa hecha realidad!

Don Juan Carlos León, su hijo Gustavo y un ramillete de colaboradores se pusieron el proceso arduo al hombro y las cristalizaciones fueron, de a poco apareciendo. Mas hubo que remar contra corriente, a veces, bracear muy fuerte y sin desmayar.

A propósito, amigos: mediados de la década de los ’90 fue una etapa dura. La obra inicial se paralizó por problemas de la empresa constructora “Ingema S.A”. El obrador de las Avenidas Avellaneda y Urquiza se convirtió en centro de reuniones de los trabajadores, de los albañiles. También la sede local de la UOCRA y hasta en las calles se vio la movilización de los laburantes, empeñados en cobrar y reanudar tareas.

Firme y adelante, la “Sociedad Civil Barrio Bancario”, continuó su curso, ya indetenible.

Y la vida, que da sorpresas y estímulos nuevos, les permitió que fueran creciendo como entidad administradora, pese a las contrariedades. Y entonces resulta que ahora la lista es concreta y evidencia sudor y buena administración: 501 viviendas entregadas en nuestra cementera ciudad. E incluso una reparada en Sierra Chica. Todo un logro. Y un mar de anécdotas detrás. Y siempre los León, con el traje que los caracteriza: franqueza y humildad que nace desde el mismo alma. Y una innegable pasión a flor de piel.

280 casas hacen el “Bancario I”, 115 el “Bancario II” o “Bancario Parque” y 106 ya adjudicadas del “Bancario III”. Quedan por terminar 4 casas nada más.

Hoy, en una maravillosa maratón, se entregaron en Olavarría 40 propiedades: 8 en el “Educadores”, 30 en el “Pickelado” y 2 en el “Bancario III”.

Récord de expectativas que se cumplen, trayendo tranquilidad y emoción a las familias que reciben con lágrimas y sonrisas, sus certificados y sus llaves.

Y otra vez el rostro de Gustavo León que se compunge. Porque experimenta una sensación que lo hace transpirar a baldes. Encima el calor es insoportable…

Pero su corazón reboza de felicidad. “Muy orgulloso, contento. Es una entrega más. Para nosotros es una satisfacción. Te imaginás que con estas, ya son 501 familias a las que les hemos solucionado el tema de la vivienda. Y aparte no solamente por esas personas que han podido plasmar su sueño, sino también por todo el trabajo que se origina atrás, por todo el movimiento económico que se realiza a través de los corralones, así que todos los que conformamos la entidad, estamos muy satisfechos”, le confió el dirigente a INFOOLAVARRÍA.

El olor a látex fresco se nota en el interior de las viviendas, de la Casa 105, en Santa Fe 1.530, de Pablo Jara y en la Casa 106, en Santa Fe 1.540 de Leonardo Landaburu.

Los matrimonios “son muy jóvenes con chicos, ambas parejas alquilaban y cuentan ahora con su techo y están muy contentos”, refiere León.

“Quedan 4 casas que se finalizarán en 15 días o un mes a más tardar. Así quedaría culminada nuestra tarea en lo que respecta a viviendas. Como estamos bien conceptuados en el Instituto de la Vivienda, en la Municipalidad y en la propia comunidad, muchos vecinos se nos acercan diariamente a la oficina de nuestra institución solicitando incorporarse a un nuevo plan bancario. Es algo que estudiamos , sabemos que es difícil, teniendo en cuenta que hay otros barrios, como el de “Empleados de Comercio” que también está en carpeta. A su vez tenemos el problema de las tierras, ya que para construir se pide por determinados terrenos, una cifra por encima de lo normal. Ya arrancás con un dilema serio, al margen de la financiación que pueda venir después del Instituto de la Vivienda”, afirma el referente entrevistado.

Esperanzas y conversaciones se dan para conquistar una próxima victoria: abrir nuevos cimientos en otros lotes.

 

Por Mario Delgado.-

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho