Connect with us

Opinión

Expectativas fomenteriles

Published

on

La tarde se hace noche hablando con mi amigo fomentista de pura cepa. Veterano de mil lides, conocedor de los pro y contras de la actividad. Podríamos decir sin eufemismos que este buen señor es más que un “asesor Pirincho”: es un cable a tierra, una fuente de conocimientos que comparte con quien esto suscribe. Relevante conversación que nos transporta a dimensiones de sueños y esperanzas barriales. Y la panza que se torna verde por los innumerables mates. Y un cenicero que se llena de colillas.
“El fomentismo ha sobrevivido a varias etapas de crisis y de dudas”, razona mi interlocutor, echando un vistazo a través de la ventana. El sol tiende a colarse, sin pedir permiso.
“La realidad del instante requiere un pensamiento claro y, fundamentalmente, de consenso”. Estiro hacia mi entrevistado una consulta: ¿Sirve hoy el nombre, el individuo, o, en tal caso, lo que se necesita es un grupo decidido, que apuntale, que acompañe? Estoy pensando, les aviso amigos, en las venideras elecciones federativas. El hombre frunce el ceño. Medita unos segundos. Recorre sin lugar a titubeos, apellidos en su mente. “Es evidente que ya circulan varios postulantes para ocupar el sitial de “Petty” Mapis, en caso de que ella no aspire a la reelección. Algunos con más predicamentos que otros, con distintas visiones obviamente. El punto central es hacer crecer al fomentismo sin mezquindades. Y eso es lo que cuesta. Un tronco fomenteril unido y ceñido en sí mismo, es un alto objetivo a cumplimentar. Yo propicio como futuro Presidente, un dirigente con experiencia, tal vez joven de edad, pero con caminos bien pisados, cimentado. ¿Me seguís? Y que reúna esta condición de fuste: un auténtico sentido de pertenencia al grupo, al redil. Caso contrario, no se podrá pulir ningún iceberg que todavía subsiste”.
Me le arrojo a la pileta. ¿No crees que se advierte una ausencia de dirigentes en general? “En nuestro universo fomentista la cuestión se ha invertido, para bien. Notarás que han aparecido noveles Juntas Vecinales, impulsadas por chicas y muchachos con ansias y empuje. Es un tiempo para aprovechar. Olavarría ha aumentado su densidad poblacional y se han construido más barrios. Y surgen personas que se ponen al frente, con el proyecto de conseguir cosas para su sector. Aunque tal irrupción bienvenida amerita, no obstante, un ordenamiento y un marco estatutario acorde a las circunstancias”.
Enciendo un cigarrillo y le cambio la yerba al mate. ¿Te da la impresión de que han quedado temas pendientes por sincronizar? “No hay que tener egoísmos. “Federación” podría tener su sede, su oficina, como otrora, ¿te acordás? Habría que charlar del modo de obtener y mantener ese sitio. Pero sería conveniente debatirlo. Por otro lado, es casi natural observar que un ítem por cristalizar sin demoras sutiles, es la reforma del Estatuto de Federación, el cual data de 1.985. Ha quedado desfasado en variopintos aspectos y no resultaría extraño, retocarlo un tanto. La mirada expuesta sobre lo acaecido con Sandro Salías, es una demostración consciente de lo que te explico. No debieran quedar cabos sueltos o claroscuros que le den cabida a malas posturas o intrincadas interpretaciones, en un nuevo documento. A mi entender, ya se trabaja en tal cuestión”.
Volviendo al grano. ¿Cuántos espacios o posibles listas, divisas vos? El astro rey se ha ocultado tras unas peligrosas nubes. “Yo me inclino a visualizar al menos a dos nucleamientos, quienes se diferencian entre sí quizá sustancialmente. Con una visión distintiva sobre todo en cómo encarar la agenda sobre la política partidaria. La partidización es un hecho discutible pero también palpable. Hay conducciones barriales que responden a determinados partidos y eso es un dato de la realidad, un hecho objetivo. El dilema pasa entonces, por dilucidar el futuro y darle un rol o no a esa temática. Me gustaría una discusión plena y sincera por estos días, para ordenar ese postulado. Sin prejuicios y con el ojo avizor bien ubicado”.
Interesante propuesta, imagino. ¿Estarán en sintonía con mi vocero sus colegas o no? Veremos. Y, ya para redondear, aunque el tema da para más, le inquiero algo que me atrae: ¿Qué párrafo le dedicás a las relaciones de “Federación” con el Municipio y con el poder Legislativo local? Una ráfaga de viento hace vibrar el grabador. Encapotado el cielo. Las luces se encienden en la calle… (Uh, casi digo el nombre de la arteria, lo cual sería como entregar una pista de quién es mi amigo) “Bien has preguntado, Mario. De manual resulta comprender que no podés enfrentarte sin causa al Gobierno de turno. Un fomentista profundo, lo sabe de memoria. Entrarías en una vorágine sin salida, en una espiral de contiendas estériles. Una relación pragmática es más feliz. Sin ponerte de rodillas, obvio, mas con un trato afable. Después de todo, en gran manera se depende de la buena voluntad del Municipio para lograr avanzar en pedidos que se conviertan en obras. El choque por sí mismo, no lo recomiendo. Y con el Concejo se centra hoy una particularidad: está comandado por un concejal de la oposición, lo que permite un acercamiento distinto al de antes. Pero no hemos de distanciarnos de los lineamientos políticos que son plausibles. Muchos de los que nos escuchan ahorita, ayer nomás, nos dieron vuelta la cara. Sin perjuicio de ello, celebremos por qué no, el contar con ese puente de diálogo deliberativo”.
Nos estrechamos las manos. Ha sido una charla productiva y candente. Me alejo sin prisa, rumiando conceptos. Ha comenzado a lloviznar.
Por Mario Delgado.-

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho