Connect with us

Opinión

Entre la “cosificación” de la mujer, y los yerros judiciales

Las columnas del fuego de la indignación arden, una oportunidad más, cuando la opinión pública se anoticia, con estupor, de sucesos aberrantes, contenidos en un idéntico entramado mefistofélico: la “cosificación” femenina y el posterior descarte.

Published

on

Las columnas del fuego de la indignación arden, una oportunidad más, cuando la opinión pública se anoticia, con estupor, de sucesos aberrantes, contenidos en un idéntico entramado mefistofélico: la “cosificación” femenina y el posterior descarte.

Y, a tan lúgubre panorama, hay que anexarle un apéndice increíble: el insólito accionar de algunos miembros del Poder Judicial que, ostensiblemente, dejan mucho que desear.

Milimétricos casos, fotocopiados casi, salidos del arcón del horror, van marcando la tendencia, en diferentes ángulos de la geografía argentina.

Las preguntas, puede uno, como simple ciudadano azorado, hacerlas frente al frontón del silencio. Y, en ocasión de oírse algún ensayo sarcástico de contestación, acarrea incluso mayor potencialidad a la rabieta original. Porque resulta, a todas luces, sendas tomadas de pelo lo que atinan a susurrar los letrados desde su torre, desde la cúspide de su brutal miopía.

Nombres y apellidos de mujeres víctimas de abuso sexual, y/o violaciones, sirven ya a esta altura, como para empapelar varias cuadras. El tema es que no han sido sólo una “currícula”, un expediente, una foja; han sido, mis amigos, personas. Con todo lo que eso implica. Me corrijo, con todo lo que eso DEBIERA significar para cada quien y para el Estado primordialmente.

El sacudón de la modorra de obscuros magistrados, ha venido de la diestra del trágico epílogo de la existencia de una jovencita prometedora: Micaela García, allá por la Provincia de Entre Ríos.

Nos removemos impávidos por los prolegómenos de esta situación demencial. O sea, un sujeto, Sebastián Wagner, deja atrás las rejas de la cárcel porque un señor Juez, Carlos Rossi, entiende que “hay que darle una reinserción” al preso con antecedentes y condena firme por fechorías sexuales justamente.

Entonces el tipo ve la luz antes de tiempo y, luego de un lapso prudencial, el infame muestra las garras y vuelve a reincidir, llegando ahora hasta el paroxismo de la muerte.

¿Cómo es factible que un ser despreciable le saque de un tirón lo más preciado a una piba que dejaba todo por el prójimo, a través de su laburo social? Es muy sencillo, amigos. Y tétrico a la vez: por cuenta y orden, por expresa culpa de un mal camino adoptado por un magistrado que hoy, dicen, está deprimido.

Sin embargo, la nómina de errar los “vizcachazos” de los hombres de la presumible Justicia, no cesa; por el contrario, cual hongos, se multiplican otros casos para el desmayo colectivo.

María Belén Luján Delgadillo Rodríguez fue asesinada de 36 puñaladas y prendida fuego, el 7 de noviembre de 2.013, en San Antonio, Formosa.

Por ese espectral hecho se apresó a un individuo que se lo presenta con las iniciales J.E.Q., de 36 años de edad actualmente. El hombre ya contaba en su haber con anteriores ataques a féminas.

Por esos vericuetos leguleyos poco accesibles a mentes con sentido común, la Cámara Primera en lo Criminal de Formosa, lo absuelve de “culpa y cargo” el 31 de marzo de 2016.

Exactamente doce meses después, en Villafañe, Formosa, ultimó a Dominga Maidana. A esta pobre alma la descuartizó y repartió sus restos en tres bolsas de consorcio.

Como ha señalado el cura Juan Claudio Sanahuja, la “mujer transformada en una cosa, usada y luego descartada”. En el medio del tumulto, la sociedad que espera una solución a tanto dislate de los que, se cree, saben cómo corregir los yerros de los demás. El problema pasa, al parecer, por el carril que a sus mismísimos errores, hay que llorarlos. Y la tierra cubre los cuerpos de las muertes que se podrían evitar si no fallasen tan a menudo.

Por Mario Delgado.-

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho